Ceuta cuenta desde el pasado fin de semana con 60.000 m2
nuevos de parque, los ubicados en Santa Catalina, en el
espacio que ocupó el vertedero y que, a falta de remates que
todavía lo mejorarán de manera notable, incluye cuatro
kilómetros de caminos y, pronto, abundante vegetación. Los
trabajos de plantación han comenzado pero no terminado.
Cuando concluyan, serán 21.000 arbustos, un millar de
palmáceas y 230 árboles los que aporten sombra. Eso al
margen de los 15.000 m2 de hidrosiembra. Recuperado para el
ocio de los ciudadanos, el Parque Periurbano de Santa
Catalina se articula en torno a distintas plataformas que
rinden tributo a la naturaleza. Tampoco faltan merendero y
juegos infantiles. Estos últimos se completarán, en fechas
próximas, con mesas y sillas donde los mayores podrán
aguardar mientras los pequeños disfrutan.
La bienvenida, Los minerales, Los cactus, La multitud, El
anfiteatro, El refugio, La pradera, La torre y El mirador de
aves son las denominaciones de las plataformas que conforman
la parte central del balcón al Estrecho en que la Ciudad ha
convertido el otrora espacio degradado que desde 1930 se
utilizó para verter basura y que constituyó, hasta su
clausura en 2002 y sellado posterior, trabajos englobados en
la primera fase de ejecución del proyecto, un foco de
contaminación.
En La bienvenida, los carteles que próximamente serán
colocados explicarán cada rincón del parque; Los minerales y
Los cactus constituirán sendas exposiciones aún pendientes
con explicación de cada especie mostrada incluida; El
anfiteatro, con capacidad para un centenar de personas,
incluirá un perfil en relieve de lo observable al otro lado
del Estrecho desde ese punto; La pradera deberá su nombre al
césped aún pendiente de plantar y concebido como asiento
para el descanso; y pendiente de ultimar está, también, El
mirador de aves, donde se exprimirán las muchas
posibilidades de avistamiento que regala ese lugar.
Además, el Parque de Santa Catalina dispondrá de un reloj de
sol ecuatorial, que se compone de un semicírculo que
simboliza el ecuador de la Tierra y un hilo de acero central
que representa el eje terrestre, que está inclinado de forma
que contrarresta la inclinación de la tierra. Así, la sombra
de hilo de acero marcará las horas en la parte interior del
semicírculo, pues a medida que la Tierra dé vueltas sobre sí
misma, la sombra del hilo metálico barrerá la superficie.
Un espacio, antaño, defensivo
La ejecución del proyecto de sellado y conversión en parque
del antiguo vertedero ha significado también la puesta en
valor de dos piezas del sistema defensivo ceutí declaradas
Bien de Interés Cultural.
Una es la Batería de Santa Catalina, fuerte del recinto
defensivo de la península de la Almina cuyo cometido era
defender el frente marítimo en cooperación con las baterías
del Obispo San Antonio y Valdeaguas. Construido por el
gobernador Marqués de Villadarias en 1699, se empleó durante
el siglo XVIII como almacén de material bélico, disponía de
cañones y se utilizaba para proteger las embarcaciones
locales del enemigo, impedir que este fondeara y defender
los almacenes de pólvora de un posible bombardeo marítimo.
La otra, de la misma época, es el Garitón de Santa Catalina,
una antigua estructura de uso militar similar a una
torrecilla donde se cobijaba la vigilancia de guardia. Se
sitúa dominando la línea de costa, desde donde se dispone de
mejor perspectiva sobre el mar. En la actualidad, se ha
estabilizado la estructura, observable desde una de las
plataformas del nuevo parque.
Las dos fases del proyecto
La primera fase supuso 8,3 millones de euros de inversión
cofinanciada por Ciudad y fondos europeos e incluyó, además
y antes del sellado, la rebaja de la cota del vertedero, que
ocupaba un sector de 45.000 m2. Para ello, se reubicaron
parte de los residuos en el Barranco de las Cuevas, una
vaguada al sureste que formaba una pequeña cuenca con un
área de 20.000 m2 y una longitud máxima de 300 metros y que
constituía un terreno baldío, abandonado y de escaso valor
ecológico.
El siguiente paso del proyecto ha consistido en la puesta en
valor de ese espacio para el disfrute de los ciudadanos.
Esta segunda fase, que empezó en junio de 2014 y supuso otro
millón largo de euros de inversión, también cofinanciada por
Ciudad y fondos europeos, ha tenido como resultado el
denominado Parque Periurbano de Santa Catalina, un lugar
para la práctica de actividades deportivas que próximamente
enlazará con el paseo del Monte Hacho y como punto de acceso
al conocimiento de la naturaleza y entorno de Ceuta.
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