Desde mucho antes de la
celebración de la campaña electoral, de las pasadas
elecciones autonómicas andaluzas, del 22 de marzo de 2015.
Intenté, en lo posible, “hacer oídos sordos” de cuanto
prometieran los diferentes candidatos si ganaban los
referidos comicios, a través de sus medios panfletarios,
televisivos y radiofónicos propagandísticos... Al estar,
servidor, hasta el sombrero de tantas promesas incumplidas
ya que, “antes de llegar al poder prometen la luna, y una
vez que lo consiguen tratan al pueblo con los pies”.
Pero, es evidente que, especialmente por lo que suponía las
referidas elecciones para Andalucía… Me interesó conocer el
resultado electoral nada más cerrarse las urnas. Y, como es
más que sabido, la candidata del PSOE, Susana Díaz, ganó las
referidas elecciones convocadas anticipadamente por ella,
con 47 escaños a 8 de la mayoría absoluta. El PP sufrió un
fuerte varapalo al conseguir 33 escaños, perdiendo 17 con
respecto a las elecciones de 2012. IU obtuvo 5 perdiendo 7.
La recientemente creada formación Podemos obtuvo 15 escaños
y Ciudadanos 9.
En cuanto al Partido Andalucista, no obtuvo ninguna
representación parlamentaria. Posiblemente porque ha
ejercido de alfombrera política de la derecha… españolista,
desde que se entregara a los brazos de Adolfo Suárez. Causa
por la que, al haber traicionado el sentimiento andaluz, su
singladura política está dando sus últimos coletazos...
Porque si esa formación se hubiera comportado similarmente
como los nacionalistas vascos o catalanes. España, se
hubiera gobernado desde Andalucía y no desde Cataluña, el
País Vasco o desde Madrid; como ha ocurrido en diferentes
ciclos políticos de este periodo constituyente español.
No puedo tampoco olvidarme de citar a Izquierda Unida.
Formación que sufrió en las urnas andaluzas un fuerte
‘guantazo’ democrático. Presuntamente como consecuencias de
su pacto con el PSOE, en la pasada legislatura andaluza.
Debiéndole recordar a IU, su lamentable actuación en la
comisión de investigación por el asunto de los ERE
fraudulentos. Así que, “como el que crea miserias, recibe
rabia”. Por mi parte, para el PA e IU, no rabia sino mi
absoluta indiferencia por no haber actuado acorde a los
principios de sus ideologías seguidas por muchos de sus
militantes y simpatizantes. Y para el PP, la más ácidas
críticas desde la roja tinta de mi estilográfica, por el
gran daño que esa rancia formación le ha hecho, no solamente
al pueblo andaluz, sino al resto de los pueblos y
nacionalidades españolas, desde el Gobierno central
presidido por el Atila y nefasto excelentísimo Mariano Rajoy,
con sus legiones de saltimbanquis, palanganeros y
titiriteros…
No sé, si Susana Díaz, recibirá de otras formaciones apoyos
políticos, en las sesiones de su investidura como presidenta
de la Junta de Andalucía, a celebrar los próximos lunes 4 y
martes 5. Porque la herencia política recibida de sus
predecesores, es un gran lastre para ella y para nuestro
pueblo. Porque Andalucía, a pesar de ser un noble pueblo
esplendoroso con señas de identidad propia, ocupa el vagón
de colas en muchos aspectos. No habiendo alcanzado
Andalucía, las cotas que se deseaba, en el contexto nacional
e internacional, después de que los andaluces, al principio
de este periodo democrático, saliéramos a las calles y
plazas exigiéndole al Gobierno estatal de Suárez, libertad e
igualdad.
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