Supo utilizar la realidad de esa
palabra “tabú”, en nuestra España, que es el término
DIMISIÓN.
Y lo usó, lo practicó y concluyó dimitiendo el ideólogo de
Podemos, Juan Carlos Monedero. Estaba visto, éste es el
primero, o el primero que se conoce, de los de las alturas,
pero vendrán otros más, porque eso de pregonar, de colocarse
a las puertas de los altares para que otros sean los que den
la bendición, no lo soportan todos. A la vista está.
Y no se ha ido cerrando la puerta despacito y en silencio,
se ha ido dando un portazo muy fuerte y donde duele, en “los
nudillos” de ciertos dedos, de los que parecen hechos para
mandar.
Particularmente, por sus intervenciones, en las que me
pareció un extremista de lo más nefasto de la izquierda, no
lo tenía ninguna simpatía, sencillamente, me caía poco bien
y peor, todavía, cuando se descubrió todo ese devaneo, con
el dictador de Venezuela. No podía ser santo nada más que de
la devoción de los que están a la izquierda de Marx.
Sin embargo, la dignidad puede estar, también, en ese
terreno y el haber sido capaz de hablar tan claro como lo ha
hecho, frente a la patulea que conformaba y algunos seguirán
conformando Podemos, tiene su valor, que no voy a ser yo
quien se la niegue.
El auténtico padre ideológico de esta aventura que es
Podemos, se ha ido por la puerta de atrás, y lo primero que
ha hecho ha sido reclamar que es imposible para los que
aspiran a hacer carrera política:” recuperar la frescura”
que tuvo y que ha dejado de tener Podemos.
Y es que, con un tino meridiano, y con la decencia que debe
dominar a una persona formada, con cierta profundidad, ha
censurado la marcha del partido hacia una dirección que era,
precisamente, la que se quería combatir desde sus filas.
Ellos querían sustituir unas tendencias y es hacia eso,
hacia donde se ha encaminado el partido. Resbalón, sin
sentido y nuevo descenso del grupo que parecía hecho para
alcanzar las cimas más altas en muy poco tiempo.
A medida que van pasando los días, porque aquí no hay
espacio para nuevos experimentos, el partido ha ido
encaminándose, cada día un poco más a los viejos partidos, a
esos que ellos llamaban “de la casta”, y eso le da para
decir que a él le han traicionado. Pobre hombre, el bueno de
la película, que sale apaleado.
Y hubiera quedado mal si “un padre progenitor” de una
criatura como es Podemos, no hubiera tenido un mínimo gesto
de cariño o de gratitud para la “criatura”:”con todo es lo
más decente que hay en la política española”. Son sus
palabras hacia Podemos. Y uno tiene que decir, lo más
decente hasta que deje de serlo, y al paso que va no tardará
mucho.
Para mí, de todo lo que ha dicho Monedero, antes, durante y
después de su dimisión, lo más concluyente y a tono con la
realidad, es el mandoble que le lanza a Pablo Iglesias, al
que deja totalmente retratado, tal como es:” Podemos llega a
ser rehén de lo peor del Estado, porque deja de tener tiempo
para reunirse con un pequeño círculo, al ser más interesante
un minuto en la televisión o aquello que te sume a la
estrategia colectiva”.
Lo dicho, dicho queda, y como muchos gallos iguales en un
solo corral terminan picándose el uno al otro, en la parte
contraria, esto es, en Pablo Iglesias, también, salen
palabras de reproches o advertencias veladas a Monedero:” No
comparto las reflexiones de Juan Carlos, pero no quita que
sean valiosas”.
Al final, cada uno por su parte, y eso sí, el otro de la
terna, Errejón, parece que está en el terreno de nadie y ya
veremos cual es la dirección que elige.
Estaba cantado, esto no tenía pies, ni cabeza, era algo
bonito para molestar en la Puerta del Sol, pero luego...,
nada de nada, si acaso, una manifestación de fuegos
artificiales.
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