Están a la orden del día y sería
“potable” si quienes lanzan esas descalificaciones hubieran
sido un modelo o un ejemplo en sus actuaciones presentes y
pasadas para poder descalificar, pero Carreira, cuando dice
que Carracao está “inhabilitado” para hablar de
transparencia y honradez, no sé hacia donde miraba, pero de
él se debía estar olvidando.
No me gusta el tono que está tomando la precampaña electoral
y me gusta, cada vez menos, porque, a medida que pasan los
días y en el PP siguen sin ver claros los resultados que
pueden lograr, hay quien se pone nervioso por si no se llega
a la mayoría absoluta y tienen que depender de otros
programas para poder intentar gobernar.
Es cierto que en el PP lo están haciendo a la medida de su
propio zapato, por cuanto los que fueron votados, en su día,
hablan poco, o no hablan, y han cedido “el púlpito” a
alguien que ha llegado ahí no por el camino más recto de
unas votaciones, sino por otro tipo de vereda más tortuosa.
A eso, naturalmente, se presta, a las mil maravillas, Emilio
Carreira, y ataca a la parte que ahora, o en el futuro, le
puede hacer más daño.
Carreira sabe que si no ahora, sí en el mes de
noviembre-diciembre, Carracao va a tener fuerza suficiente
para hacerle callar, de vez en cuando y por eso aprovecha
las circunstancias favorables de hoy para hablar de “insulto
a los ceutíes” el que no haya asumido ninguna
responsabilidad por “haber percibido dinero público sin
trabajar”.
Se equivoca y mucho Emilio Carreira y sólo el pudor o el
respeto a la salud o a la falta de ella me impiden no añadir
tres líneas más a lo que se le podría decir al señor
Carreira.
Por tanto, el intento por sacar cuantos más votos mejor, me
parece muy bien, pero descalificaciones a destiempo no se
pueden admitir.
Luego, las cifras que se dan, los datos de tiempos pasados,
con el Gobierno de la Nación en poder del PSOE y que, de
rebote, pueden manchar a un grupo político o a otro, para
eso están los tribunales, y si con esos datos que cita
Carreira no se han ido, ni él ni nadie de su grupo o de
otro, es que no lo tendrán tan claro como puede parecer por
sus palabras, que, en el fondo, no dejan de ser meras
palabras.
Barro se está tirando por todos lados y por parte de todos,
pero el PP se viene equivocando, aquí especialmente, y muy
particularmente cuando ven en el horizonte la nube poco
clara con los resultados electorales.
Y yo sigo creyendo que va a ganar el PP, pero con tanto
juego de palabras, con tantas descalificaciones y con tanta
claridad para lo ajeno y tanta opacidad para lo propio,
puede aparecer alguna sorpresa, que luego ya no tendría
solución.
Y que no se crean que “todo el monte es orégano”, porque ya
es sintomático el que desde otras formaciones, de dentro
precisamente, se pongan en tela de juicio muchos de los
números que cita el PP, con lo que el propio partido tenga
que salir a “justificar” lo injustificable y asegure que hay
liquidez para hacer frente a todos los pagos. Contradicción
aparente, porque si es así es que deben ser malos pagadores,
al no haber pagado, en su día, deudas contraídas en tiempos
pasados.
Las descalificaciones, pues, las justas y a su debido
tiempo, para que, en poco tiempo, las cañas no se vuelvan
lanzas.
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