El portavoz del Gobierno se mostró partidario que los
servicios de vigilancia para la Biblioteca Pública se lleve
a cabo por parte de una empresa de seguridad privada, “algo
que ya sucede en la mayoría de los ministerios”.
Carreira reconoció que la consejera de Cultura “ya ha dado
explicaciones al respecto y la forma elegida no es lo
importante”, ya que lo que realmente lo es, a juicio del
portavoz, es que “las personas que acuden lo puedan hacer
con absoluta tranquilidad como en cualquiera otra
instalación”.
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