Como cada 1 de mayo, los sindicatos saldrán este viernes a
las calles de Ceuta para reclamar mejoras en los derechos de
los trabajadores en un momento en el que, alertan desde UGT
y CCOO, el empleo es más precario que nunca. “Nos
encontramos ante el dilema de aceptar ese empleo de mala
calidad o exigir un cambio de políticas”, apuntó ayer
Antonio Gil, secretario general de UGT, para invitar a los
ciudadanos a secundar la movilización del viernes. No
obstante, los sindicatos no tienen expectativas de conseguir
una gran afluencia y así lo reconoció ayer Juan Luis
Aróstegui, secretario general de CCOO, quien señaló que en
Ceuta el que se significa es crucificado. El líder sindical
aseguró que Ceuta es “el paraíso de la ilegalidad” en cuanto
a empleo sumergido se refiere y que aquellos que sufren la
precariedad en sus trabajos tienen miedo “a salir en la
foto” por si sufren represalias. “Hay trabajadores de muchos
sectores que no han cobrado la paga extraordinaria y nos
dicen que no denunciemos porque tienen miedo”, lamentó
Aróstegui.
Por su parte, Gil quiso dejar claro que en manifestaciones
como la del 1 de mayo no se puede ligar la afluencia de
ciudadanos al estado o representatividad de los sindicatos.
La realidad, apostilló, es que entre CCOO y UGT cuentan con
casi 8.000 afiliados. Una cifra que para Gil respalda el
trabajo de los sindicatos.
Desde CCOO, Aróstegui dijo que es el momento de contestar al
Gobierno y sus “muchas agresiones”. “Nos están tendiendo un
trampa indecente”, aseguró el sindicalista para señalar que
la rebaja de impuestos o las políticas sociales emprendidas
por el Ejecutivo de Rajoy se tratan de “una moratoria
electoral” que ha concedido Bruselas durante un año para,
tras los comicios, volver a los recortes.
“Cinco años machacados y humillados es suficiente”, dijo
Aróstegui para instar a los ciudadanos a decirle al Gobierno
que caerán “en la trampa”. Además, avisó el secretario de
CCOO, ha llegado la hora de que los trabajadores “se venguen
recuperando los derechos perdidos”.
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