Es lo que pueden haberse dicho
varios de los miembros de la Asamblea, cuando por última vez
se dio la celebración de las Juntas Generales por parte de
las diferentes sociedades municipales.
Muchos de los que estuvieron, durante estos cuatro años,
seguirán después de las elecciones del 24 de mayo, pero
otros muchos habrán dicho, adiós, o hasta otra, ya veremos
quienes son los unos o los otros.
La realidad es que, a lo largo de estos cuatro años, a pesar
de la mayoría aplastante del PP, no ha sido todo “pan y
mantequilla” lo que hubo en los plenos y en todas las demás
reuniones. Es cierto que Juan Vivas trataba de controlar
todo, pero dentro del propio grupo tuvo más de un disgusto y
fuera había menos turbulencias de las que aparentaban muchas
veces las palabras de los Arósteguis de turno.
Los demás, a verlas venir, el PSOE de estos años ha dado
menos problemas de los que debiera haber dado y eso, si no
se aborda de verdad, les puede traer disgustos, a pocas
semanas vista, algo que no deseo y que ya veremos hasta
donde pueden llegar los unos y los otros.
Con esta despedida, Juan Vivas tendrá tiempo suficiente para
valorar lo que fue su grupo, hasta donde llegó, a donde no
pudo llegar y por qué se dieron esos problemas internos que
no permitieron que el grupo entrara y saliera de la
legislatura con los mismos componentes.
Ahora a esperar, no sé lo que llegará, lo intuyo y creo que
tendrá más dificultades el PP, porque ya se ha terminado eso
de los intocables o aquello de “después de mí las sombras
del Averno”.
Craso error el partir a una campaña electoral con esas
premisas, cuando es público y notorio que los últimos años
con Juan Vivas al frente del ejecutivo ha ido cada día más a
una fractura social en Ceuta, aunque alguien quiera mostrar
erróneamente lo contrario.
Todo lo que va de este siglo ha visto en Ceuta a la misma
persona intentando poner en orden la Ciudad y en estos años
hubo de todo, cosas buenas, es cierto, pero también muchos
errores, por esa idea tan gastada y mal vista de que con
mayorías absolutas tiene que funcionar el rodillo.
No me gustan las mayorías absolutas, ni aquí, ni en mi
pueblo, y lo que menos me gusta es que, desde tales mayorías
absolutas, se extienda el miedo a aquellos que no van a
seguir las líneas trazadas por los que mandan.
Mal me parecen esas formas de actuar que, en muchas
ocasiones, llevan a desgobiernos y a situaciones nada
condescendientes con todos los ciudadanos.
Ahora, no antes, es cuando afloran las críticas a lo que
antes eran meros aplausos y celebro que así sea, aunque esas
críticas vayan encaminadas, tan sólo, a buscar unos votos
para sí o para el pariente más cercano.
Y Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía vuelve a salir
a escena con un titular duro pero, es más que posible que
vaya a tono con la realidad:”El cuento del desgobierno se ha
acabado”. De aquí tiene que salir más de un titular en los
próximos 23, 24 o 25 días, con valoraciones, en algunas
ocasiones, subjetivas, pero en la mayor parte de los casos
objetivas, muy objetivas, de lo que hay, hubo y sería
deseable que ya no hubiera más.
La situación, en Ceuta, es la que es, ni tan desastrosa como
pueden pensar unos, ni tan “en el país de las maravillas”
como puede creer Vivas. Ahora mismo no sé qué habrá dicho el
presidente de la Ciudad a todos los que se despiden, a unos
“un adiós”, a otros “hasta luego”. En definitiva, la rueda
sigue dando vueltas.
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