Y tal como están hoy las cosas, en
vísperas de lo que va a ser la campaña electoral, en la que
se van a tirar “barro” los unos a los otros, durante varias
semanas, lo mejor es darse la vuelta y decir:”Yo, de
entrada, no”.
Y es lo que decidí hace ya más de un mes, cuando tenía la
oportunidad de encabezar una candidatura “ganadora”, en mi
propio pueblo, o estar en otra, del mismo talante, aquí.
Lo mío va por otra parte y así ha sido, parte del jueves y
del viernes, cuando acudí a Jerez de los Caballeros,
invitado por el director del Instituto Ramón Carande, centro
en el que yo comencé mi carrera docente, hace ya muchos años
y de ese instituto fui el primero de los jefes de estudios.
Ya ha llovido, desde entonces, pero lo cierto es que allí,
antes al igual que ahora, hubo y hay una seriedad que deja
perplejo a quien no conozca “la pasta” de la que están
hechos y muy especialmente sus alumnos, los de antes y los
de hoy mismo.
Afortunadamente, allí me encontré, no podía ser de otra
forma, con muchos ex alumnos y mi mayor satisfacción ha sido
comprobar, in situ, que aquella semilla que se plantó
entonces ha dado sus frutos muy positivos.
No sé y no me interesé por ello, si alguno de aquellos
alumnos es uno de los políticos de los que ahora triunfan,
en esa “profesión”, pero sí que comprobé que una gran parte
de “aquellos niños” de los primeros años de los 70 se
dedican a la enseñanza, con verdadero cariño y con éxito, de
verdad.
De los alumnos de aquellos años del instituto hay varios
catedráticos de universidad e incluso quiero recordar que el
Rector Magnífico de la Universidad de Extremadura cursó allí
el bachillerato, cuando yo ya no estaba. Algo es algo, como
es el hecho de que una jovencita de los años 70 que estudió
un curso de Latín en mi clase, una de esas alumnas fuera de
serie, ahora es catedrática de la Facultad de Ciencias, en
Badajoz, y que ya ha dirigido siete tesis doctorales.
Las ganas de trabajar y el no pensar en el “Maná” que pueda
caer del “Papá Estado” suelen llevar a esos resultados, algo
que celebro muy de veras.
Visto esto y celebrado, como yo lo celebro, no puedo dejar
pasar el hecho de que en este 50 aniversario de un instituto
que nació, tras haber sido Sección Delegada, dependiente del
Instituto Zurbarán, digo que en este 50 aniversario hubo,
naturalmente, políticos, pero la política no apareció por
ningún rincón allí y eso que había una alcaldesa, del PSOE y
el hombre de más peso en la Educación de Extremadura, éste
del PP. Ambos estuvieron en su terreno, mirando hacia el
instituto y dejando de lado, si es que las tuvieran, las
posibles perspectivas distintas para el futuro, de la ciudad
y de la Educación.
Mentiría si dijera que no había encontrado como en misma
casa, durante todas las horas que estuve allí y el que la
invitación oficial que recibí era, un poco, también, el
reconocimiento a un trabajo hecho hace ya muchos años,
cuando yo era mucho más joven, pero que no se ha borrado
entre aquellos que, en aquellos años, eran aspirantes a
todo, pero muy especialmente aspirantes a ser personas de
bien, para siempre y ¡¡Cómo lo han logrado!!.
En múltiples ocasiones he citado tres lugares de la
Geografía Española como los puntos claves de mi existencia,
mi pueblo, Piedrahita, que es donde nací, Jerez de los
Caballeros, donde comencé a ejercer mi profesión y Ceuta,
donde he pasado la mayor parte de mi vida profesional, hasta
hoy.
Y como de bien nacidos es ser agradecidos, debo recalcar mi
agradecimiento total al director actual del Instituto Ramón
Carande, por su invitación y sus atenciones. Por unas horas
volví a mis años jóvenes.
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