El problema y la tragedia de la
inmigración trae de cabeza no solo a las autoridades ceutíes
ni a la nacionales, si no a las europeas, que tras la última
tragedia del Mediterráneo se han conjurado para dar una
solución inmediata a tanto drama y a tantas muertes
inútiles.
El final de este mes va a ser fundamental para este asunto,
ya que el Parlamento Europeo celebra una sesión plenaria con
el asunto de la inmigración como estrella del debate.
Pero quizá lo que de verdad llama la atención en estos
momentos sean las palabras de su presidente, Martin Schulz,
que no ha tenido problemas en reconocer y lamentar que a
estas alturas la Unión Europea carezca de política de
inmigración.
El dirigente europeo, en esta ocasión, no tuvo pelos en la
lengua y dejó claro que Europa debe dotarse de una política
común de asilo e inmigración humana y realista. Y lo dijo en
un discurso este jueves al inicio de la cumbre de jefes de
Estado o de Gobierno de los veintiocho países de la Unión
Europea; cumbre convocada de manera extraordinaria tras
morir cientos de personas al intentar cruzar el
Mediterráneo. “Nuestra prioridad inmediata debe ser salvar
las vidas”, apostilló.
Las palabras del presidente del Parlamento Europeo no dejan
de ser duras, sobre todo cuando explicó a los Jefes de
Estado que lo que no se puede hacer es dejar solos a los
países ni a las fronteras europeas que soportan, casi a
diario, los efectos de la inmigración. También defendió que
en toda la UE se garantice de la misma manera un trato justo
y equitativo a los refugiados, más posibilidades para entrar
de forma legal, y una cooperación más estrecha con los
países de origen y tránsito. “Debemos combatir las causas de
la migración, no a los migrantes”. Es de esperar que sus
palabras hagan meditar a Europa y de una vez por todas se
busquen soluciones ‘ipso facto’.
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