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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 22 DE ABRIL DE 2015

 
OPINIÓN / COLABORACION

A propósito de López Aguilar

Por Sandra López Cantero


Hace unos días denuncié públicamente que la Ciudad incumplía el Reglamento de alojamiento Alternativo para las mujeres víctimas de Violencia de Género, y que repartir servilletas de

papel por los bares de Ceuta, lanzando el mensaje “no estás sola”, no hacía tapar el cinismo de un Gobierno que no ha cumplido ni una sola medida del Plan de Igualdad, aunque ellos apunten lo contrario. Al Partido Popular se le da muy bien mentir y manipular la información, sobre todo cuando hablan de mujeres. Pero bien, este no es el tema al que quiero hacer referencia, pero empiezo así para contextualizar mi posicionamiento ante lo que yo considero primordial para la defensa de mis propios principios, que no son más que los principios que quiero para el partido al que le estoy entregando gran parte de mi vida, y por eso me voy a permitir el lujo de expresarme en este medio.

En el mismo día que lancé esa denuncia hacia la Consejería de la Mujer y la de Asuntos Sociales, se descubrió la imputación por Violencia de Género del exministro Juan Fernando López Aguilar, y empezaron a llegarme las insinuaciones y las preguntas morbosas para saber mi opinión. No me preocupa, puesto que son personas que no me conocen y que no han entendido el procedimiento por el que me muevo yo, pero el resto de las personas sí merecían una explicación ante una realidad que estaba pasando. Antes de saber la respuesta oficial del PSOE, no dudé en ningún momento en manifestar mi condena absoluta ante cualquier caso de maltrato. A mí “me importa un carajo” quien es el “supuesto maltratador”, lo que me mueve y me afecta es la igualdad y la defensa de los derechos y la libertad de las mujeres. Por tanto, por supuesto que condeno cualquier situación que atente contra la dignidad de las mujeres. Y sí, yo digo alto y claro Tolerancia Cero a la Violencia de Género sin ningún tipo de “peros ni miramientos”, algo que he echado en falta en otros momentos y en otras circunstancias en mi ciudad.

Pero sigamos, durante el transcurso de la mañana, como responsable de la Secretaría de Igualdad de Ceuta, pude estar al tanto de las decisiones que se iban tomando en la Comisión de Garantías de la Igualdad del PSOE. Y aquí hago un parón en mi descripción personal para alabar la contundencia que ha tenido mi partido, al tener la valentía y la coherencia de suspender cautelarmente de militancia al eurodiputado Juan Fernando López Aguilar. Tenemos un Código Ético irrenunciable, y eso hay que cumplirlo. Hacemos lo que decimos.

¿Qué ha pasado después? Que esta noticia ha llevado a exaltar las redes y los medios de comunicación con un debate altamente peligroso para la protección de las mujeres.

En este artículo de opinión no voy a pronunciarme sobre la denuncia “de oficio” realizada contra él, voy a respetar el procedimiento judicial y, por supuesto, la presunción de inocencia, pero lo que no voy a consentir es la gratuidad de permitir que se trasmitan y se perpetúen los mitos de la Violencia de Género, que se desvirtualice la Ley Integral o que se sustenten en el posmachismo de las denuncias falsas. Pues no, eso es lo que no le eximo a quien se supone que ha sido el defensor de la Ley de Igualdad y la Ley Integral contra la Violencia de Género. No sé si es culpable de un delito de Violencia de Género, pero sí es culpable de incidir en la maldad de las mujeres, en el discurso de que las mujeres denuncian para beneficiarse económicamente de los hombres y, por tanto, “a mi juicio personal” queda desacreditado para la política porque somos nosotros y nosotros quienes diariamente tenemos que luchar contra la impunidad de un machismo que no aminora y que es contraproducente para las 1.700 mujeres que cada día son agredidas en España y no denuncian por miedo e inseguridad.

La Violencia de Género es un tema muy grave como para fabular. Dudas, siempre dudas. La relación era tormentosa, ella era celosa, ella era alcohólica, ella estaba desestructurada, ella dice que también le pegó en alguna ocasión o que también le faltó al respeto, ella, ella y ella. Él tiene que demostrar que la mujer miente, y ella tiene que convencer a la sociedad, e incluso a ella misma, que todo es verdad. A él se le posiciona siempre bajo el prisma de que “podría no ser cierto el maltrato”, y a ella bajo su credibilidad.

Es en este juego en el que no debería de haber entrado López Aguilar. No existe el perfil de mujer maltratada ni hombre maltratador. Ella puede tirar objetos al suelo, defenderse e insultar, eso no quiere decir que promueva una relación viciosa, eso quiere decir que no existe la sumisión total, eso quiere decir que sacan lo peor de ella mientras él es capaz de guardar la calma. La loca es ella, él simplemente una víctima de los juegos perversos de la mujer. Él, que lo tenía todo y es una gran persona, es imposible que sea un agresor.

Esto es lo que veo yo de esta historia, una historia que no se diferencia de otras historias salvo los personajes.

Según la Memoria 2014 de la Fiscalía General del Estado, las denuncias falsan son irrelevantes. Desde que se empezaron a analizar y contabilizar en 2009, y hasta 2013, ningún año superó el 0,0090% del total de las denuncias. No existe ningún otro delito cuya tipificación o persecución genere este machaque social, dejando claro la diferencia entre denuncia falsa y absolución por falta de pruebas, o denunciar unos hechos que no son constitutivos de delito. Todos estos casos de sobreseimiento y absolución en Violencia de Género no significan que la mujer mienta. Para que una denuncia sea falsa, tiene que haber sentencia que lo diga y, por supuesto, en este caso que caiga todo el peso de la justicia para ella. Igual de mal está fomentar el discurso de las denuncias falsas, como denunciar falsamente, en los dos casos atentan contra la vulneralidad de las mujeres y su protección.

Y me quedo con las preguntas de Marisa Soleto ¿Cómo puede ser falsa una denuncia que no se ha interpuesto? ¿Cómo puede haber gente que se alegre de que un hombre pueda haber sido falsamente acusado por una mujer? ¿Cómo puede ser que un exministro que contribuyó a aprobar la Ley de Violencia de Género, no sólo se vea involucrado de forma directa en un caso de violencia de género, sino que además parezca estar siguiendo el peor de los manuales del presunto maltratador en sus repetidas manifestaciones públicas?

¿Cómo puede ser que un caso de Violencia de Género se esté dirimiendo a golpe de entrevista de presuntos en los medios de comunicación en torno a lo que parecen argumentos recién sacados de las peores prácticas?

No sé, dejemos trabajar a la justicia, seamos personas serias y responsables en los discursos y en las actuaciones, y consecuentes con nuestras políticas. Nos queda mucho que luchar y por lo que luchar, pero seguimos en la causa.
 

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