Pensar globalmente y actuar
localmente. Digo. Hoy la cosa, tengan paciencia, es una
mezcla de historia y prospectiva con un toque de psicología.
Y eso que tirando solo de las dos brillantes y excelentes
ponencias presentadas ayer (les remito a las págs. 10 a 12)
en las XIII Jornadas de Geopolítica y Estrategia, “Yihad en
el siglo XXI: ¿Revolución o Guerra?”, a cargo del general de
Brigada Juan Antonio Sánchez Gamboa, una mente analítica y
cartesiana y de Humberto Trujillo Mendoza, un figura oigan,
catedrático de Psicología de la Universidad de Granada, con
gran experiencia de campo y no solo de despacho, tendríamos
para llenar todo el periódico.
Pero por partes y vamos indo.
Comparto plenamente lo expuesto por ambos autores y
partiendo de ambos análisis (no solo de ellos), nos
encontraríamos primero con un panorama mutante y fluído y en
lo que a Europa respecta, la evolución del radicalismo
islamista irá en aumento. Nada nuevo bajo el sol. Quizá esté
mal citarme pero peor es la falsa molestia y además la
tierra para el que la trabaja, compañeros. Y es que ya en
1996, durante la ponencia (El islamismo radical en Europa)
presentada el 11 de julio en los Cursos de Verano de la
Universidad de Oviedo, dirigidos por mis estimados amigos
los profesores José Girón y Slobodan Pajovic, este escribano
del limes se permitía advertir sobre los riesgos y la
proyección del inquietante fenómeno islamoradical con los
datos de aquellos años. Pero que si quieres arroz, Catalina.
Arranco con las revueltaas bagaudas, tiren si quieren de un
manual de historia: masas desposeídas y proletarizadas galas
e hispano romanas que, unidas a esclavos huídos y bandas
migraatorias bárbaras que ya estaban infiltrando las
fronteras del Bajo Imperio, se esconden en campos y bosques
no sin antes asolar predios, villas y ciudades. En Hispania,
las principales ciudades romanas (comienzan a amurallarse.
De Tarraco (Tarragona) a Lucus (Lugo). Fechas: finales del
siglo III todo el siglo IV y hasta mediados del V de la Era
Común (EC). No hablamos de bandidaje, hablamos de revolución
social bagauda.
Al profesor Humberto Trujillo le gustaría conocer el
horizonte “de aquí a diez o quince años”. Pero tiene claro
que “el radicalismo (islamista) irá in crescendo”. Yo
también. Ello aunado a una crisis económico-financiera que a
ver en qué acaba y a un panorama geoestratégico en el que
los conflictos armados, migraciones descontroladas, guerras
por recursos como el agua y otros, van a polarizarse, el
inquietante despertar de una insurgencia revolucionaria en
la Vieja Europa es creíble y cuando menos previsible.
Y el hecho es que una buena parte de la comunidad musulmana,
diría que al menos 1/4 parte, no afincada si no emboscada en
Europa, tiene el perfil propio de una potencial quinta
columna. De frente y por derecho, como decimos en aviación.
El que tenga ojos para ver, que vea y el que tenga oídos
para oír, que oiga. Y que salga el sol por Antequera.
Haya salud. Visto.
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