Con este término taurino, ahora
que comienza la Feria de Sevilla y en ella “los toros”
representan el auténtico centro de las atracciones, puedo
tildar la página que, ayer domingo, escribía, aquí mismo, el
coordinador de Ciudadanos en Ceuta, Abdelmalik Mohamed.
Y hace bien en no fijarse en todos aquellos que, de ahora en
adelante pueden marcarle y le van a marcar en el mismo
centro de su diana, cada vez que Ciudadanos actúe en contra
de sus opiniones, de sus deseos o de los intereses de
algunos de ellos.
Es una ley no escrita propia de la política, o de ciertos
rastreros de la política, el tratar de dar “estopa” a aquel
que puede representar algo, él o su grupo, en época de
elecciones, y Abdelmalik, ahora, al frente de Ciudadanos, ha
dejado de ser el simple hombre que va a sus quehaceres, se
sienta en una terraza o va al cine, sin más. Esa situación,
de ser uno cualquiera, uno más, la ha perdido y el estar al
frente de un grupo atractivo, el grupo de moda, no va a
pasar desapercibido, en ningún lugar de la Ciudad, haga lo
que haga.
A eso tendrá que acostumbrarse y lo mejor que puede pasar es
que el día 24 de mayo, a las doce de la noche, pueda
decir:”Hemos logrado nuestro objetivo”. Habrá cumplido él,
habrán cumplido “sus compañeros de viaje” y desde ahí, desde
ese momento, habrá adquirido otros compromisos que, también,
van a estar en la misma diana y en el mismo centro.
En caso contrario, si los resultados no son los esperados,
lo importante es que haya cumplido con dignidad, sin tener
que reprocharse nada a sí mismo, ni a los que le
acompañaron.
Es difícil entenderlo, es cierto, pero es más difícil
poderlo digerir, aunque es muy fácil poder salir a la calle
con la cabeza alta y sin tener que taparse la cara. Ya
veremos como va todo y como lo entienden los ciudadanos,
incluso aquellos que no le den su confianza a Ciudadanos.
Todavía estamos a más de un mes de las elecciones, cinco
semanas escasas nos faltan para esas elecciones y, en todo
este tiempo, vamos a ver desfilar por Ceuta a ministros, ex
ministros, secretarios generales y todo lo que ahora
queramos pensar.
Esas visitas pueden ayudar, pero menos de lo que la gente se
cree, porque lo que verdaderamente hace sacar unos mejores
resultados es la credibilidad de los que se presentan, el
programa más o menos atractivo y la ideología si no es
farragosa y contradictoria consigo misma.
Que Ceuta es España y lo es cada vez más, no lo puede negar
hoy nadie, ni nadie debe hacer gala de esto como algo
propio, por lo que “todos los padres de la patria” que se
consideran los adalides de la españolidad han gastado
demasiado ya su discurso y esos los hay aquí y los hay en
Extremadura o en Ávila, y todos ellos carecen del sentido de
lo que significa lo que están diciendo y del rigor de lo que
eso significa.
Yo, después de casi cuarenta años en Ceuta, no sé si
Andalucía nos mira bien o nos mira, simplemente, regular. Me
da lo mismo, porque nos mire como nos mire el mismo grado de
españolidad tiene un habitante de Jaén que otro de Ceuta, y
el mismo grado de españolidad tendrá un habitante de Ceuta,
que otro del centro de Almería o que otro del mismísimo
centro de Madrigal de las Altas Torres que algo tiene que
ver en eso de la españolidad.
Las elecciones, ya lo sabemos, sirven para, en pocas
ocasiones unir y para, en muchos momentos, tirar barro, pero
luego, tras esas elecciones hay más de un “mojigato” que
aparece junto al ganador y con la adulación de turno, muy
sumiso, dice:”A ver si puedes mirar eso de lo mío”.
¿Para qué asustarse?. Los que hemos conocido ya unas cuantas
elecciones sabemos que todo esto se repite, por lo que “no
hay que entrar al trapo” vengan con la petenera que vengan.
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