Un inmigrante subsahariano se encaramó ayer, sobre las 17.45
horas, a la doble valla fronteriza que separa Ceuta de
Marruecos, negándose a bajar pese a las indicaciones de los
gendarmes de Marruecos.
El joven se encuentra en la primera de las dos vallas
fronterizas que separa Ceuta de país vecino, por lo que la
responsabilidad de que baje de la misma corresponde a la
Gendarmería marroquí. Afirmó que está herido, pero que se
niega a bajar y entregarse a las autoridades. El inmigrante,
según el testimonio ofrecido a la organización no
gubernamental Caminando Fronteras, tiene un corte en una
pierna producido por la concertina. A pesar de esta
circunstancia, el inmigrante ha afirmado a la oenegé que
piensa dormir en lo alto de la valla, situada a seis metros
de altura, y que no piensa deponer su actitud. También
aseguró que no piensa bajar de la valla hasta que pueda
entrar en Ceuta, ya que que ha sido expulsado tres veces en
los dos últimos años.
Al cierre de la edición se desconocía si había despuesto su
actitud y se había bajado.
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