Dos días seguidos, y no me duelen
prendas, traigo a esta columna a Fátima Hamed, y es que creo
que merece la pena ensalzar, cuando hay que hacerlo, o
censurar, si hubiera lugar a ello, a quienes, por decisión
propia, tratan de hacerse un hueco en la política local,
regional o nacional.
De nada, en especial y personalmente, conozco a Fátima Hamed,
pero su trabajo y el dejarse ver positivamente allí donde
considera que es necesario estar, le tienen que proporcionar
apoyos, en su intento de seguir en el Ayuntamiento.
Y hoy, precisamente, volvemos a citar aquí a Fátima Hamed,
porque el TSJA confirma que la diputada no adscrita ha sido
“vetada” por la Ciudad.
Es de suponer que esa sentencia también llevará aparejado
algo para quienes han ejercido ese “veto”, cuando se está
recordando al Ejecutivo que un diputado, adscrito o no
adscrito, ha recibido apoyos y confianza de una serie de
electores, con lo que queda habilitado para ejercer unas
funciones.
Y es que la sentencia emitida por el Tribunal Superior de
Justicia de Andalucía no puede llegar, en mejor momento para
Fátima Hamed y en peor para el propio Ejecutivo.
Además de que esto no viene de hoy, por cuanto en su momento
ya dictó sentencia el Juzgado de lo Contencioso
Administrativo número 2 de Ceuta, sentencia a la que
interpuso un recurso la Ciudad Autónoma de Ceuta.
Me parece muy bien que sea la Justicia la que dirima esto y
ponga a cada uno en su sitio, sin que haya distintas varas
de medir.
Vamos a ver como se responde ahora, desde la Ciudad
Autónoma, ante esta nueva sentencia, pero lo que sí queda
claro es que con esta propia sentencia, Fátima Hamed sale
fortalecida y el Ejecutivo, si es que ya no lo estaba,
aparece un tanto más decadente. Tiempo al tiempo.
Y la persona que encabeza la lista de MDyC, con toda razón,
puede hacer suyas estas palabras que más de uno pronuncia
para rellenar espacios radiofónicos, televisivos o de la
prensa escrita:”Yo lucho por los derechos de toda la
ciudadanía, por encima de cualquier mafia política”.
Palabras suyas que le ayudan, naturalmente, a lograr sus
objetivos como es seguir en la Ciudad Autónoma, con todo
tipo de derechos.
Desde el TSJA han considerado que era acertada la sentencia
del Contencioso Administrativo, al no poder dejarse de lado
cualquier tipo de actividad como es el caso del control al
Gobierno local.
Y ahora, con esta sentencia en la mano, podría la propia
Fátima Hamed, incluso, denunciar todos los plenos, reuniones
y demás actos que oficialmente se hayan llevado a cabo sin
poder participar ella, con plenitud de derechos.
Las cosas se les complican, cada vez más, a los que mirando
desde las mayorías absolutas, consideran que todo lo que
ellos hacen es lo ideal.
Un revés, no obstante, al Gobierno de la Ciudad, no está mal
que, aunque sea al final, vayan aprendiendo lo que creían
haber olvidado, sin querer yo entrar en más detalles.
Por cierto, me supongo que esa intervención del TSJA habrá
costado un dinero ¿Quién lo paga?. Estaría bueno que fuera
el propio Ayuntamiento, litigando frente a una persona que
había llegado a él por los votos logrados legítimamente.
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