Y es verdad que parece que ha
hechos y situaciones que no cambian nunca con el paso del
tiempo. Ayer, el Pleno de la Asamblea celebró una sesión
extraordinaria, la última de la presente legislatura.
Asuntos tan manidos como la refinanciación de la deuda o el
anticipo del IPSI volvieron a erigirse en protagonistas del
debate y la clase política volvió a demostrar su poca
calidad, enzarzándose en el ‘y tú más’. Pasan los años y los
viejos roqueros de la política ceutí siguen manteniendo esos
pulsos inútiles y carentes de soluciones. Y es que, salvo
Mohamed Alí, el resto volvió a protagonizar este espectáculo
vacío y carente de contenido alguno. Y es que hay cosas que
no cambian.
Si se le da un repaso a la hemeroteca es fácil comprobar
como la última sesión plenaria de la presente legislatura
terminó lo mismo que la hizo la primera. Con los mismos
discursos y, prácticamente, las mismas estrategias y
demagogias.
Lo único distinto es que la sesión de ayer estuvo cargada de
tintes electoralistas, y casi todos los intervinientes
usaron la vieja estrategia del cruce de acusaciones que a
nada y a ningún sitio conduce. Lo único que provoca es el
hastío de los asistentes y de los que habitualmente siguen
las sesiones por la cadena pública de televisión. Ha habido
veces que los espectáculos han sido bochornosos y han
llegado a aburrir hasta las ovejas.
Ya se ha cerrado el ciclo de sesiones y, por ende, habrá que
esperar hasta que pasen las elecciones del 24 de mayo para
conocer la nueva composición de la Asamblea y comprobar si
los que llegan tomarán los mismos derroteros o traerán
nuevas ideas y, por lo tanto, aire fresco al salón de
plenos. Aunque no oficialmente, la campaña electoral ha
comenzado y eso se dejó notar, provocando con ello que este
último pleno acabase tal y como empezó la legislatura que
está a punto de concluir.
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