Profesionales sanitarios se
reunieron este lunes ante el Centro de Salud de Otero
reclamando que los ambulatorios se conviertan en “el eje del
sistema” y cuenten con “más presupuesto, una dotación
adecuada de recursos humanos y más capacidad para la
realización de pruebas diagnósticas”. En este sentido, es
incuestionable que uno de los mayores logros que la sociedad
española ha conseguido en el periodo democrático, ha sido la
creación y consolidación de un sistema nacional de salud de
carácter público, con cobertura universal, financiado a
cargo de los Presupuestos Generales del Estado. Nuestro
sistema público de salud así configurado ha sido un elemento
que ha contribuido de manera importante a la consecución de
niveles altos de cohesión social y ha establecido la
solidaridad, equidad y accesibilidad como valores esenciales
de su razón de ser. Sin embargo, las medidas adoptadas en
los últimos años introducen sin duda una restricción y
recorte de derechos que nos retrotrae a tiempos pasados.
En los hospitales y centros de salud se forman, crecen
profesionalmente y desarrollan lo mejor de sus conocimientos
la gran mayoría de profesionales, recibiendo un notable
reconocimiento por parte de los ciudadanos; profesionales
que cada día ven más reducidos los cauces de participación
en la planificación y determinación de sus actividades, que
sufren también ataques a sus derechos laborales, soportan
escandalosas condiciones de precariedad y tienen asimismo
enormes dificultades para seguir una adecuada formación
continuada. Son actores importantes en el funcionamiento de
la sanidad y por ello los recortes que el Gobierno ha
planteado, afectan a su actividad profesional y les obliga a
manifestar sus opiniones en relación a su situación actual.
Nuestro sistema sanitario público necesita mejoras y
reformas que deben analizarse con rigor y someterlas a un
amplio debate social.
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