El debate del yihadismo ha llegado hasta Barcelona donde
ayer se celebró una cumbre para abordar este problema cada
vez más presente en la sociedad occidental. El presidente
del Gobierno, Mariano Rajoy, advirtió dentro de este foro
que el terrorismo yihadista debe combatirse desde la unidad
internacional contra la violencia, y sin confundirlo con la
religión. “Que nadie se deje arrastrar por la falacia que
nos habla de una lucha del Islam contra Occidente”, alertó
el presidente en la misma línea de los mensajes que ha
reiterado el líder del Ejecutivo ceutí, Juan Vivas.
“En ambas orillas hemos llorado juntos” por esta violencia,
señaló Rajoy al abrir en Barcelona la reunión de ministros
de Exteriores de la UE y de la ribera sur del Mediterráneo.
Además, el presidente afirmó que este terrorismo es ahora la
principal amenaza de estos países.
Rajoy no dejó de recordar a todas las víctimas, y pidió que
no se las olvide nunca, además aprovechó para alabar también
a todas las fuerzas y cuerpos de seguridad de España y de
los países que combaten este terrorismo. Como ejemplo de la
actuación policial, recordó que los Mossos d’Esquadra
desarticularon la semana pasada en Cataluña una célula de
captación de jóvenes para enviarlos a combatir por el
yihadismo.
“Algunos no se ha enterado, pero el terrorismo yihadista es
sin duda nuestra principal amenaza en la actualidad”,
apostilló e insistió en que sólo la unidad dará la fortaleza
necesaria para vencer a la maldad. Por ello, el líder del
Ejecutivo español defendió que la cooperación internacional
debe servir para coordinar la seguridad, la diplomacia
preventiva, el fomento del diálogo, las actuaciones para
evitar la radicalización, la lucha contra el fenómeno de los
combatientes extranjeros y el control de las fuentes de
financiación.
Prevención
Rajoy señaló que es necesario estará alerta para prevenir
este tipo de actos y perseguir sin descanso a sus
responsables y dijo que esto es “un paso imprescindible para
que los países puedan cooperar en cualquier otro objetivo y
puedan ser estables”. Por último, apuntó que “el mundo
islámico es tan víctima como los demás del azote
terrorista”.
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