Tal y como indiqué en mi artículo
de la semana pasada, los ciudadanos somos conscientes de la
cercanía en el tiempo de los próximos comicios como
consecuencia directa del endurecimiento en las
manifestaciones provenientes de las formaciones políticas en
la oposición. En esta ocasión, las vertidas por los máximos
dirigentes de la formación localista Caballas, Mohamed Alí y
Juan Luis Aróstegui, en relación a la presunta ineficacia
del Ejecutivo ceutí en la gestión de los fondos públicos a
pesar de las innumerables actuaciones ejecutadas en los
últimos años en diferentes materias (equipamientos,
servicios e infraestructuras).
Sin ningún género de dudas, los ceutíes y las ceutíes, tal y
como le gusta expresarse al progresismo español, a pesar del
tiempo transcurrido, aún recordamos como se encontraba la
ciudad hace tan solo una década. Una ciudad estancada en
todos los parámetros que nos indican los niveles en la
calidad de vida de los ciudadanos, como el abastecimiento de
agua potable, el tratamiento de los residuos sólidos
urbanos, servicios básicos de carácter municipal, patrimonio
histórico cultural, infraestructuras culturales, recreativas
y deportivas así como, las partidas presupuestarias
destinadas a atender las necesidades de las clases sociales
más desfavorecidas. Todo ello sin olvidar el lamentable
estado de conservación de nuestras principales calles y
barriadas.
La ciudadanía es plenamente consciente, a pesar de las
reiteradas acusaciones vertidas por los diferentes líderes
en la oposición, que los gobiernos del Partido Popular,
dirigidos por Juan Jesús Vivas Lara, afrontaron los
problemas mencionados desde la responsabilidad, con la
intención de equiparar Ceuta al resto de localidades
españolas más cercanas, en equipamientos, servicios e
infraestructuras. De acuerdo con esta voluntad política,
mayores recursos, y el consiguiente endeudamiento, puestos
al servicio del señalado objetivo de convergencia con el
resto de España. Cerca de 700 millones de euros de
inversión, durante los últimos 13 años, con los que muchas
cosas se han resuelto. No obstante, aún queda mucho por
hacer, pero merece la pena seguir trabajando.
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