Cada vez lo son menos ocultas,
aunque uno no deja de sorprenderse por determinadas personas
o sus acciones, que en teoría debieran ser santo y seña de
la sociedad y de una forma más que opaca han podido venir
actuando como cualquier “marrajo” de los del montón.
Y es que si cualquier hecho de los sucedidos por actuaciones
de un político me han podido sorprender, la “aparentemente”
sucia actuación de López Aguilar, ex ministro de Justicia,
me ha dejado perplejo. No tengo palabras para justificarlo,
ni me lo puedo creer a las primeras de cambio.
Aquí no es que “el más tonto haga relojes”, aquí lo que se
puede demostrar, si las acusaciones hacia él fueran sobre
algo cierto, es que los cargos no modelan, ni modulan los
talantes y que por mucha formación, de hecho o de derecho,
que tenga uno, si sus genes van por un camino “el hábito no
hace al monje”, ni nadie podrá decir eso de “ese cura no
puede ser mi padre”, refranes que utilizados a diario caben
lo mismo, en el caso de un roto, que en el de un descosido.
Siendo sincero, y procuro serlo siempre, me cuesta trabajo
creer que todo un ministro de Justicia pueda haber estado en
ese grupo de hombres que llevan por encima de todo ”un
machismo trasnochado” y que consideren a su compañera
legítima algo de lo que se puede servir, en un momento, para
arrojarlo a la basura, cuando ya no le sirva. Es difícil
poder llegar a creerse esto.
Es cierto que no sería el primero, pero sí que creo que, en
ese caso, sería el primero de los ministros de Justicia que
hubiera actuado así, porque a lo largo de sus años como
ministro, jamás había dado pie para pensar que algo tan duro
se escondía tras la personalidad de este ministro.
Afortunadamente, todavía no está condenado, de momento,
parece que sólo hay denuncias, pero empiezan a ser demasiado
serias y lo que ya no va a poder esquivar Juan Fernando
López Aguilar es el juicio paralelo que en los foros legales
o alegales, se le está haciendo.
Hasta ahora aparece con el adjetivo ese tan de moda que se
va colocando, día a día, a muchos políticos, de “imputado”,
luego, tras esto llegará lo que llegue, pero en cualquiera
de los organismos que esté, desde ahora, siempre será mirado
de reojo, incluso por sus más íntimos, hasta que no haya
dictaminado la Justicia. “Manda huevos”, que diría Trillo,
que un ex ministro de Justicia, tenga que pasar por el tamiz
de esa propia Justicia. No es contrasentido, es haber
llegado la Justicia a todos por igual, cosa a celebrar si
fueran ciertos los hechos que se le imputan y lamentable si
fuera una acusación nacida en el seno de la Política y hecha
al que fue uno de sus políticos más destacados, hace muy
pocos años.
Y López Aguilar no ha mirado para otro lado cuando ve que el
propio partido, el PSOE, su partido le expulsa temporalmente
del Grupo Socialista en Bruselas.
Él mismo va a solicitar la suspensión de militancia del
partido de forma cautelar hasta que se aclaren las denuncias
que hay contra él.
Y hay frases en él que llegan a lo más profundo de los
propios sentimientos:”Me golpean donde más duele”, y es
cierto, porque sería terminar con el político, cosa que
deducimos por sus propias palabras:”muy doloroso, al difamar
una trayectoria política intachable”.
Y como trata de salir de esas cenizas en las que le han
metido o se ha metido, así se manifiesta:”Niego los hechos
de que se me acusa, voy a luchar por defender la verdad...”.
Un caso que veremos como se soluciona. En Política hay de
todo, no cabe la menor duda.
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