Hay fechas para olvidar y otras para recordar. Entre estas
últimas se halla la fecha que encabeza estas líneas: 4 de
abril de 1995. Es el día, el mes y el año en que se
contabiliza el nacimiento de “El Pueblo de Ceuta”. Ese día,
martes, apareció, eso sí, tímidamente en los quioscos de
nuestra ciudad. Cuando fue colocado con delicadeza, como
correspondía a un recién nacido, en los mostradores de los
quioscos, debió de haberse sentido un tanto incómodo y
asustado al verse rodeado de otros periódicos mucho mayores:
ABC, La Razón, El País, El Mundo, El Faro de Ceuta, Marca,
AS. Algunos de ellos, por su edad, ya peinaban canas. En las
páginas de sus mayores se podía leer que la Organización de
las Naciones Unidas había declarado a 1995 “Año mundial de
conmemoración de las víctimas de la Segunda Guerra Mundial”
y “Año de las Naciones Unidas para la tolerancia”. Y,
curiosamente, el día 8 de ese mes de abril de 1995, tan solo
cuatro días después, en la ciudad de San Antonio de Chile
nació el diario “El Líder de San Antonio”, que, al igual que
El Pueblo, sigue su feliz andadura cotidiana. Contaba El
Pueblo de Ceuta con seis meses de edad, en el mes de octubre
de aquel 1995, cuando fue testigo de un hecho que conmocionó
no sólo a Ceuta, sino a toda España, y fue el principio de
una pesadilla que ha condicionado la vida de los ceutíes, la
de los españoles y la de los europeos, la inolvidable
revuelta de los inmigrantes hacinados en el Ángulo. Aquello
fue un aldabonazo en las conciencias de los ciudadanos de
que estábamos asistiendo al comienzo de un nuevo tiempo y, a
la vez, diciéndole adiós al mundo de ayer. Desde entonces
acá, la inmigración se ha instalado en el mismo centro de la
vida de los españoles.
La andadura de El Pueblo de Ceuta no ha sido fácil, no ha
sido un camino de rosas para conseguir hacerse un hueco en
los quioscos en estos veinte años y conseguir, asimismo, el
favor de los lectores ceutíes. Lectores que ya habían visto
nacer y desaparecer algunas otras cabeceras periodísticas.
No se nos oculta que El Faro de Ceuta ejercía por aquel
entonces una indiscutible hegemonía, un monopolio, en el
mundo de la prensa desde la atalaya de sus sesenta años de
existencia. Y no sólo contaba con el favor de los lectores,
sino con el de las diferentes administraciones y estamentos
de la ciudad. Sí, qué duda cabe, no fue fácil acostumbrar a
los ceutíes a que, al acercarse al quiosco, tuvieran la
posibilidad de elegir entre dos cabeceras locales. Dos mejor
que una, qué duda cabe. La pluralidad siempre es
beneficiosa, en este caso, para los lectores, que, a fin de
cuentas, es a quienes van dirigido los periódicos. Han sido
veinte años de dificultades, de eludir obstáculos, salvar
zancadillas y, cómo no, de conseguir éxitos, entre ellos la
confección del diario en la misma ciudad. Un periódico
“hecho para Ceuta y en Ceuta”, como se pudo leer en el
editorial de El Pueblo de Ceuta el pasado día 4. Al
principio, era natural, el lector se acercaba al quiosco y,
con cierta timidez y curiosidad, echaba un vistazo rápido a
El Pueblo de Ceuta. Sesenta años de monopolio de El Faro de
Ceuta en los quioscos habían dejado una huella indeleble
tanto en el paisaje ceutí como en el paisanaje. Hoy día, los
lectores de El Pueblo de Ceuta se cuentan por millares. Han
hecho de él su periódico de referencia y le son fieles. Son
fieles al fondo verde de su ‘mancheta’. Parece, en efecto,
que El Pueblo de Ceuta ha elegido el color verde como
distintivo, como divisa. Así, hojeando –u ojeando– sus
páginas, es ese color, precisamente, el que se destaca de
entre otros posibles. El periódico es gratamente manejable,
atractivo, cercano y se hace familiar.
Según se pudo leer en el editorial del pasado día cuatro, la
empresa editora de El Pueblo de Ceuta ha llevado a cabo una
notable inversión en el diario, adquiriendo la tecnología
más moderna y de alta calidad, para que esté en los quioscos
a disposición de sus fieles lectores sin que los temporales
de nuestro Estrecho hagan inviable que El Pueblo de Ceuta
pueda ver la luz cada día en nuestra ciudad. Y, asimismo,
está en el ánimo de la empresa editora, pues así se anuncia
en el editorial del día 4, de seguir mimando a este
‘jovencito’ de 20 años para que siga siendo un periódico de
referencia, indispensable e ineludible para los ceutíes en
los años futuros, con novedades y mejoras que serán,
indudablemente, de interés para todos los que nos contamos
como fieles a este periódico, que no es otro que El Pueblo
de Ceuta. Como no podía ser de otra manera, sus lectores nos
felicitamos y congratulamos por que haya alcanzado los 20
años de edad y mire el futuro con optimismo. Así podríamos
decir, respecto de El Pueblo de Ceuta, que “nada importante
se hizo sin entusiasmo”. O, trayendo aquí al poeta W. B.
Yeats, “se tenga suerte o no, deja huella el afán”.
(PD: Recuerde: faltan 20 semanas para celebrar el 6º
Centenario de la conquista de Ceuta por los portugueses: el
21 de agosto de 2015)
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