La Venerable y Real Cofradía de Penitencia del Santo
Entierro de Nuesro Señor Jesucristo y Nuestra Señora de la
Soledad cumplió, como todos los años, con su Estación de
Penitencia. Un año más, la hermandad inició su procesionar
desde la Iglesia de Nuestra Señora de África, a las 21.15
horas, donde esperanban en sus alrededores un gran número de
fieles para ver salir al cristo yacente y a Nuestra Señora
de la Soledad, que salió sin palio y en paso de pequeñas
dimensiones ante la falta de una cuadrilla completa de
costaleros, problema que viene sufriendo desde hace años y
que de momento desde la junta de gobierno de la hermandad no
se le ha encontrado una solución.
Pese a todo, lo más importante para cualquier hermandad es
hacer Estación de Penitencia con sus titulares y eso la
hermandad del Santo Entierro lo cumplió.
Las que un año más dieron todo lo que tenían que dar y mucho
más, fueron las mujeres integrantes de la cuadrilla de
costaleras. A las órdenes de Eloísa Barbancho, Rebeca María
González y Mónica Fuentes, las costaleras demostraron la
implicación, el compromiso, y sobre todo el amor que le
profesan a su titular, llevándolo con mimo sobre sus
costales.
El comandante general hizo de representante Real y un
piquete de Artillería acompañó musicalmente al Cristo
Yacente con cornetas y tambores, mientras que la Banda
Municipal fue la encargada de tocar las marchas pertinentes
a Nuestra Señora de la Soledad.
Al igual que al resto de hermandades que procesionaron el
pasado Viernes Santo, la cofradía hizo su entrada en carrera
oficial a las 21.45 horas, para posteriormente dirigirse por
Víctori Goñalons y Jáudenes hasta la Santa Iglesia Catedral
para realizar su Estación de Penitencia y desde allí
dirigirse hasta su sede para proceder a su recogida. Este
itinerario provocó que el Santo Entierro se recogiera y
realizara Estación de Penitencia antes que la hermandad de
la Expiración que fue la encargada de cerrar la jornada del
Viernes Santo recogiéndose alrededor de las dos de la
madrugada.
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