La junta de gobierno de la Hermandad conocida como la del
‘Descendimiento’ realizó su Estación de Penitencia en la ‘Madrugá’,
recogiéndose alrededor de las 03.00 horas. El impresionante
misterio que escenifica el traslado del cuerpo sin vida de
Jesús al Santo Sepulcro, fue seguido por numerosos cofrades
que están deseosos de sentir grandes emociones en esta
Semana Santa que está llegando a su fin. A las 00.05 horas
la Cruz de Guía de la Cofradía salía por la puerta del
Oratorio de la Santa Cruz para dar inicio así a la Estación
de Penitencia.
Llegó la Madrugá de la mano de la conocida hermandad del
Descendimiento. Pocos minutos después de sobrepasar la media
noche, la Cruz de Guía de esta Cofradía marcaba el inicio de
su sobrecogedora y silenciosa Estación de Penitencia,
arropada por cientos de fieles durante gran parte de su
recorrido.
Una noche un poco más húmeda de las vividas en los últimos
días debido a la llegada del levante no privó que el público
ceutí se lanzara a la calle deseoso de vivir momentos
emotivos en esta Semana Santa. Ceuta tenía ganas de revivir
una nueva y estremecedora ‘madrugá’. El gentío que abarrotó
las calles durante la tarde del Jueves hizo un receso en la
noche para cenar y reincorporarse a la Madrugá.
Ya son nueve los años que lleva el señor naciendo en la
noche de la Madrugá desde la Plaza de Santa Cruz y el
recogimiento ha despertado en el público el respeto y la
admiración hacia la cofradía. Hace relativamente poco tiempo
que el propio presidente de la Ciudad inaugurara el pasaje
del Silencio, especie de túnel desde el que el paso de
misterio del Descendimiento se introduce en el abismo ceutí,
desde el que se incorpora a la reminiscencia de la madrugada
del Viernes Santo. El Señor ha muerto y José de Arimatea y
Nicodemo trasladan al Santo Sepulcro a un Cristo que yacerá
en Jerusalén y que resucitará días más tarde, mostrando sus
llagas y secuelas.
Sobre el paso lucieron el Cristo del Buen Fin, María
Santísima de la Concepción, San Juan, José de Arimatea,
Nicodemo y María Magdalena, imágenes estas que recrean el
momento en el que el cuerpo sin vida de Jesús es trasladado
al sepulcro.
La seriedad, sobriedad, y el silencio de esta Hermandad hizo
que cada rincón de Ceuta viviese un especial momento de
recogimiento.
El extenso cortejo de nazarenos fue abriendo el itinerario
previsto por la Cofradía, escoltando así el paso de misterio
dirigido por el capataz de esta hermandad. Durante gran
parte del recorrido los ceutíes se fueron concentrando con
el fin de poder vivir y sentir el recogimiento que transmite
esta hermandad durante su procesionar.
El estremecedor silencio roto sólo y exclusivamente por la
campanilla del muñidor y el rachear de los pasos de los
costaleros, fue contagiando a los presentes todos esos
sentimientos de la Pasión de Cristo, mientras dirigian su
mirada al Santísimo Cristo del Buen Fin y a Nuestra Señora
de la Concepción.
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