Tras la entrada en vigor ayer de
la disposición adicional décima de la reformada Ley de
Seguridad, el delegado del Gobierno, Francisco Antonio
González, en la antesala de las mini vacaciones de Semana
Santa, aprovechó la ocasión para comentar todos los
apartados del nuevo texto legal y, además, para dar su
visión de la reforma llevada a cabo por el Gobierno en esta
y en el Código Penal.
Un proceso que ha durado seis meses en aprobarse después de
que lo iniciase el anterior ministro de Justicia, Alberto
Ruiz Gallardón. Como no podía ser de otra manera, el
responsable en Ceuta de la Administración General del Estado
fue minucioso a la hora de explicar a los periodistas las
fórmulas que tienen los migrantes que arriban a Ceuta para
pedir la Protección Internacional y desvelar, a la vez, que
curiosamente desde que el ministro del Interior, Jorge
Fernández Díaz, inaugurase la nueva Oficina de Asilo en la
frontera no se ha registrado ninguna petición. Esto, como
reconoció González Pérez, contrasta con lo que sucede en la
oficina de Melilla, en la que son muchas las personas que
han cursado las solicitudes.
El delegado destacó que son los gobiernos los que tienen que
poner ‘racionalidad’, como ha sido el caso del de Rajoy,
para estos asunto, racionalidad que también habría que tener
a la hora de los enfrentamientos verbales que mantienen la
clase política en algunas ocasiones. Ayer se habló de
adecuar la Ley a los nuevos tiempos y a la realidad y, sin
embargo, se vivió un episodio más de la vieja guerra que
mantienen los dirigentes de Caballas y el inquilino de la
Plaza de los Reyes. Como bien dijo el delegado, en estos
casos es mejor huir del ‘y tú más’, ya que eso no hace más
que transmitir una mala imagen de los políticos. Pero hay
que huir de verdad ya que como ayer se vivió estamos en un
tiempo nuevo que ya no soporta una guerra vieja.
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