La sociedad española ha cambiado mucho y es por ello que las
leyes tienen que estar a la altura acorde a la realidad, con
estas palabras inició ayer su comparecencia el delegado del
Gobierno, en la que habló de los principales apartados de
las reformas del Código Penal y de la Ley de Seguridad
Ciudadana, haciendo especial hincapié en la adicional décima
que refleja la Ley y que habla del Régimen Especial para
Ceuta y Melilla. Una Ley, que para el delegado del Gobierno,
que “mantiene un equilibrio entre libertad y seguridad
perfecto”, agregando que en su fundamento “va a ser muy
eficaz”.
González hizo alusión que la anterior Ley tenía 23 años y el
legislador tiene que “ajustar el texto legal a la realidad.
Da mayor calidad jurídica, es más garantista y recoge la
jurisprudencia y la experiencia de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado”.
Tras repasar los apartados de las reformas en las leyes, el
delegado se centró en que la nueva Ley contempla algo que en
Ceuta “era necesario aclarar para que la garantía jurídica
de aquellos que tienen que ejercer su responsabilidad en la
frontera, como es la Guardia Civil o la Policía Nacional”,
que es un texto para que los que aplican la Ley, en este
caso los jueces, puedan basarse a la hora de tomar
iniciativas para lo que pasa en la frontera, la figura del
‘rechazo’ en la misma.
El delegado negó el término de ‘devolución en caliente’ ya
que estas no son ni “en caliente, ni en frío ni en templado,
son rechazos en frontera que se producen como consecuencia
del intento de perturbar y de violentar una frontera por
parte de personas que no lo hacen, precisamente, de una
forma pacífica”, dijo.
Basándose en la adicional y tras leer el contenido del
apartado del texto legal, el delegado del Gobierno evidenció
que la “fronteras están para ser respetadas” y hay que poner
elementos “jurídicos y Fuerzas de Seguridad del Estado para
que las fronteras no sean violentadas”, en clara defensa de
la legalidad del ‘rechazo’ que proclama la adicional que se
contempla en la Ley.
Derechos humanos
También se refirió a que el ‘rechazo’ se hará respetando los
derechos humanos y de Protección Internacional, de la que
España en parte. González Pérez quiso dejar claro que el que
intenta “violentar la frontera” no lo hace para pedir asilo,
ya que lo lógico es que una vez que ha pasado es que pidiera
asilo, dijo el delegado, que añadió que “aquí se ha
intentado hasta la petición de asilo ‘in itinere’ y me han
llegado a llamar cuando se ha ocupado, por parte de
inmigrantes la Isla del Perejil y mandarme cartas diciéndome
que se estaba pidiendo el asilo”, defendiendo que en las
Oficinas de Asilo de la frontera sólo tarda ocho días en dar
la resolución de asilo y a partir de ese momento, “el que
quiera se puede mover en libertad por el país” en el que ha
realizado la petición.
Hay personas, explicó González, que sobrepasan los
instrumentos que el Estado dispone para que no se violente
la frontera, poniendo como ejemplo los tres subsaharianos
que atravesando todos los controles pasaron al territorio
nacional y que fueron trasladados al CETI. “los que también
pueden solicitar la Protección Internacional”.
El delegado se refirió al grupo de sirios que estuvo durante
muchas semanas acampados en la Plaza de los Reyes,
detallando que estos no querían pedir asilo porque “lo que
no querían es la estancia en España, si no ir a un tercer
país y la Protección Internacional dispone que los que son
protegidos deben vivir en el país que los acoge”.
Eso pasa, dijo el delegado, pasa con “todos los que entran
en Ceuta”, añadiendo que la mayoría son anglófonos o
francófonos y el destino que buscan no es España... En un
altísimo porcentaje esos inmigrantes quieren llegar a los
países en los que tienen una mayor capacidad de
comunicación”, los casos de Francia, Bélgica u otros.
Destino Ceuta
El problema no es el destino Ceuta y eso, según González, se
comprueba acudiendo al CETI y preguntándole y “el 90% de los
inmigrantes” dirá que no quiere quedarse en España, “ya que
nuestro país es “el tránsito y el obstáculo que tiene Europa
para que estos inmigrantes no lleguen nunca a sus países” .
Siguiendo con este asunto, el delegado valoró el trabajo que
realizan las onegés en pro de la defensa de los derechos
humanos, pero “esto tiene que tener equilibrio”, porque si
se analizan las nacionalidades de las personas que llegan a
Ceuta “verán que existe un alto porcentaje de personas que
llegan de países que se encuentran en el cuerno de Africa,
zona en la que tiene una importante proyección el Estado
Islámico, y otro contingente importante procedentes de
países de la zona del Sahel”.
Al delegado dejó claro que cuando se hable de estos asuntos
se “reflexione sobre la seguridad de un país”, dando a
entender que el fenómeno migratorio de esa zona puede
acarrear una posible amenaza islamista y es por ello, dijo,
que tienen que “ser los gobiernos los que pongan
racionalidad” en estos asuntos, ya que “hay que pensar que
no todas las personas que vienen lo hacen con la intención”
de huir del hambre o para tener una mejor vida “y para eso
están las fronteras y para que las personas que pasen de un
lado a otro sean personas documentadas y sepamos quién nos
entra”.
Por último, el delegado reconoció que nadie ha solicitado
asilo en las nuevas oficinas de Ceuta y, sin embargo, “no
pasa lo mismo en la de Melilla”.
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