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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 1 DE ABRIL DE 2015

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

Son unos miserables, pero ellos no lo saben

Por Jesús González


Los malnacidos que lincharon a una mujer de 32 años con, al parecer, problemas mentales, acusada de haber quemado unas páginas de un Corán en Afganistán, y cuyo cadáver fue posteriormente quemado y arrojado a la orilla de un río de la capital, Kabul, son, sin ninguna clase de reservas, unos miserables, pero ellos no lo saben. No lo pueden saber porque están fanatizados hasta el jodido tuétano. Están ciegos de odio y tienen el cerebro carcomido por el oscurantismo religioso, por la superstición, por la intolerancia y por el odio al diferente. Sus cerebros son ciénagas pestilentes en donde se cultivan las plantas del fanatismo religioso y de la misoginia. En la visión del vídeo se ve bien a las claras la clase de miserables y de malnacidos que son los que la patearon, pisotearon y la golpearon con palos. No podría ser de otra manera, puesto que sus vidas están fundamentadas en el rigor de la observancia religiosa, y la propia religión les hace infelices, sus vidas están tan impregnadas, tan imbuidas de religión, que les impide ser felices. Pero ellos no saben que son infelices, que son unos desgraciados atados de por vida al fanatismo religioso. Viven en una teocracia estúpida y humillante. Viven en la teología del odio. Están enloquecidos por el rigorismo religioso. Respiran religión, comen religión, beben religión, así es imposible que tengan una brizna de piedad por nadie y menos por esa pobre desgraciada que tuvo la mala ocurrencia, si fue cierto, de quemar unas hojas de un Corán. Un libro puede ser sagrado, pero, para sus mentes retorcidas, enfermas y viles, la vida de esa mujer no es sagrada. Pero esos miserables no saben que son miserables, no pueden saberlo. No pueden saberlo porque si lo supieran saldrían corriendo de esa sociedad asfixiante, humillante, degradante y denigrante. Huirían de una sociedad que odia la libertad. Y si no pudieran huir, ellos mismos se arrojarían de cabeza, con una piedra atada al cuello, a ese río al que arrojaron el cadáver de esa desdichada mujer.

Pero si el crimen de esa mujer le revuelve a uno las tripas y dan ganas de vomitar después de haber visto el vídeo, las declaraciones de quienes deben ser los llamados a condenar el linchamiento y llevar a los tribunales a los miserables que la mataron, hacen que te entren ganas de hacer con ellos lo mismo que la turba fanatizada hizo con la desgraciada Farkhonda, ese es su nombre. Pese a que no está demasiado claro que la mujer quemara hojas de un Corán, un clérigo aseguró (posteriormente se ha sabido que mintió) en uno de sus sermones –según el digital AD– que la gente tenía derecho a defender sus creencias a toda costa. Es más, declaró a modo de aviso: “Advierto al Gobierno para que no arreste a los que hayan hecho esto, porque provocaría un levantamiento”. Una declaración que corresponde a un tipo tan miserable y tan ruin como los que lincharon a Farkhonda. El colmo es que un portavoz de la Jefatura de Policía afgana también justificó el asesinato, asegurando que la mujer había insultado deliberadamente al Islam. Este tipejo, de nombre Hashmat Stanekzai, portavoz de la Policía, escribió en su cuenta de Facebook que “La mujer pensó que, al igual que otros incrédulos, este tipo de acción e insultos les conseguirían la ciudadanía europea o americana. Pero antes de conseguir su objetivo, perdió la vida”. ¡Habrase visto tamaña vileza la de este miserable! Otro miserable que colaboró en el asesinato de la pobre mujer se jactó también en Facebook de haber participado en el linchamiento de esta manera: “Las personas piadosas de Kabul, incluido yo mismo, la matamos y la quemamos. Su lugar está en el infierno”. Ahí lo tienen: este miserable “piadoso”, esta escoria, es otro que tiene el cerebro encharcado de fanatismo religioso, de oscurantismo y de odio a la libertad. Otro miserable que no sabe que lo es.

En modo alguno podemos dejar pasar que las mujeres del lugar se opusieron a que los hombres cargaran con el ataúd con el cadáver de Farkhonda y fueron ellas mismas (todas vestidas con ‘chador’ negro) las que lo llevaron hasta el cementerio, y fueron ellas mismas las que lo depositaron en la sepultura y las que, paletada a paletada, lo cubrieron de tierra. Fue una escena de esas que te erizan el vello y te hacen saltar las lágrimas. No, esos miserables no puede saber que son tan miserables, pues, si lo supieran, se horrorizarían de su execrable crimen y se tirarían de cabeza a un pozo. ¡Bravo por esas mujeres afganas! Ellas son las únicas que pueden cambiar esa sociedad miserable. Las únicas.

Lo peor de todo es que no pocos de estos miserables fanatizados por el rigorismo religioso están accediendo a Europa, vía inmigración masiva ilegal. Y, aquí, en nuestros países, van a traer con ellos su oscurantismo religioso, su fanatismo, su odio al diferente, su rechazo a las libertades personales y su misoginia. Rechazarán todo lo que se encuentren en los países de acogida y se refugiarán en guetos, en cuyas puertas se quedarán las leyes civiles. Nada nuevo que no sepamos ya. A este respecto, hay que hacer notar la ingenuidad de quienes quieren abrir Occidente a extranjeros refractarios a toda clase de libertades en nombre de los valores occidentales, valores que esos extranjeros nunca adoptarán. Nuestros gobernantes se muestran así, de tal guisa, debido, dicen, a que Europa acepta el pluralismo y celebra las diferencias, y así, pues, el corolario sería que Europa debería dar la bienvenida a millones de extranjeros procedentes de países contrarios a las libertades, extranjeros que desprecian el pluralismo y odian las diferencias. Pero es obvio que sería absurdo demandar el derecho a la diferencia para aquellos que se la negarían a otros.

Comentario aparte merecen las explicaciones de Youtube para retirar el vídeo del linchamiento de la desdichada mujer: “Este vídeo se ha retirado debido a una infracción de la política de Youtube relacionada con el spam, las estafas y el contenido comercial”. ¿El linchamiento es spam? ¿Es una estafa? ¿Es un contenido comercial? Youtube ha tenido un comportamiento tan ‘miserable’ como los linchadores de Farkhonda y sus excusas suenan a miedo.

(PD/ Recuerde: faltan 21 semanas para el 6º Centenario de la conquista de Ceuta por los portugueses, el 21 agosto de 2015)
 

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