Comenzamos una semana de recogimiento y reflexión, son
muchas las decisiones que tendremos que tomar en los
próximos meses, en estos días donde el estrés de la vida
cotidiana queda suspendida para disfrutar de la familia y
los amigos, recomponemos nuestro desgaste de lo acontecido
en los últimos meses, dejando a un lado lo terrenal para
sumergirnos en lo espiritual y religioso, aquellos que nos
identificamos con el cristianismo. Los ciudadanos que
practican otra religiones, simplemente disfrutaran de unos
días de relajación y preparación para acometer los futuros
proyectos.
A la Semana Santa se le llamaba en un principio “La Gran
Semana”. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a
sus días se les dice días santos. Esta semana comienza con
el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua.
La semana santa, días de merecido descanso para todos
indiferentemente de nuestras creencias religiosas, se
remonta en España a los claroscuros medievales del s. XV o
incluso XIV. Desde entonces, religiosos y laicos se reunían
para venerar una o varias imágenes sagradas. El típico
capirote, símbolo sin el cual la Semana Santa sería
inentendible, nos lleva a pensar en los penitentes
condenados por el tribunal de la Santa Inquisición.
El olor a romero, a cera quemada, a nardos y claveles…el
mecer suave de un palio o el escalofriante silencio
tímidamente roto por una esquila y un tambor destemplado así
como por una corneta que entona notas de música procesional.
Patrimonio inmaterial que pretende rodear de un clima
espiritual y plenamente cofrade a la representación plástica
y artística de los paisajes evangélicos de la Pasión. Pero
los más escépticos también tienen cabida en esta fiesta, que
en nuestra ciudad es de interés turístico, olvidándonos del
profundo vínculo devocional que muchas personas procesan a
las imágenes, podemos pensar en el arte, la historia, la
cultura y la tradición que no transciende por el hecho de
ser tradición, si no por haber sido respetada durante tantas
centenas de años.
Más allá de las creencias religiosas, la Semana Santa es una
época llena de tradiciones que se celebra en todo el mundo,
y cada ciudad le da el colorido que lo caracteriza, que va
muy de la mano con la celebración de los misterios que
contemplamos.
La Semana Santa es un período de descanso que da paso a la
primavera. Es un buen momento para vivir unos días en
familia, ya sea disfrutando de un viaje a un lugar cercano o
bien de las clásicas tradiciones. La Semana Santa siempre
coincide con la primera luna llena de la primavera. Por eso
cada año cae en una fecha diferente.
Los españoles son conocidos en todo el mundo por el gusto y
la elegancia con la que celebran sus fiestas tradicionales,
y los ciudadanos de Ceuta representamos ese gusto y esa
alegría por nuestras tradiciones. Incluyendo como no podría
ser de otra forma, las tradiciones de festividades de otras
cultura, que en nuestra tierra conviven con total armonía y
convivencia.
Estos días de descanso, nos preparan para acometer el
trabajo antes de esas vacaciones anuales en los meses de
verano, donde todos estaremos exhaustos después de un largo
año de trabajo y acontecimientos políticos, cuando lleguen
esas vacaciones tan esperadas por todos, ya habrá pasado las
Elecciones Autonómicas a la Ciudad de Ceuta, y sabremos los
representantes de los ciudadanos que se sentaran en los
sillones del pleno de nuestra ciudad. Pero no hay que
olvidar que después del verano comenzara de nuevo otra
campaña política, esta vez para el Congreso y el Senado de
nuestro país, por tal motivo hay que disfrutar y cargar
pilas en todas las oportunidades que tengamos para
desconectar de lo cotidiano.
En estos días de recogimiento y descanso, hay que olvidar el
trabajo y la política, solo nos tenemos que centrar en
disfrutar de una tradición tan importante para nuestra
ciudad como es la semana santa, que con tanto sentimiento y
fervor se vive en nuestras calles.
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