No hay nada más importante en la
vida que el humor. Sin humor la vida no tendría sentido, y
mucho menos con los momentos que no están tocando vivir, en
éste mundo de nuestras culpas donde, cada día, nos
desayunamos con noticias de mal gusto que nos hacen pensar
en las grandes dificultades que van a encontrar las próximas
generaciones para poder subsistir.
Ante todas esas dificultades, para hacerle frente a las
mismas, no cabe duda alguna, hay que tirar del humor para
poder tener, al menos, una vida cada día más agradable, que
nos permita sentir que hay motivos para la esperanza, dentro
de la desesperanza.
Por eso admiro tanto el humor y a los humoristas. Humoristas
de los que España, para suerte de los españoles, cuenta con
auténticos fenómenos que nos saben sacar una sonrisa con sus
intervenciones, ya sean en los distintos medios de
comunicación, en los teatros o en esas maravillosas viñetas
insertadas en algún que otro rotativo. Gracias a todos por
sacarnos una sonrisa cada día.
Nuestro humor ha traspasado las fronteras, y al otro lado
del “charco” han nacido excelentes humoristas y algunos
otros que quieren contar sus particulares chistes y son
malos con avaricia. De todo tiene que haber en la viña del
señor.
Es el caso del chiste que ha contado esa suprema
inteligencia que es Nicolás Maduro. El chiste ha sido
dirigido al pueblo español, más o menos viene a cotarlo así:
“Salgo más en las teles españolas que Mariano Rajoy. Igual
si me presento a las elecciones salgo de presidente”.Lo
dudo, aquí no somos tan tontos para votar a alguien que
habla con un pajarito
Con el debido respeto, don Nicolás, el chiste es malo con
avaricia. Vamos, si yo fuese usted me dedicaba a otra cosa
que no fuese el humor. Por un suponer me dedicaba a darle de
comer a mí pueblo y sacarlo de la miseria en la que está
sumido.
Así que pensando en ello, le voy a contar yo otro chiste “Ya
que está usted “maduro”, por el bien despueblo venezolano, a
ver si tarda poco en caer”
No se crea, don Nicolás, aquí en España también tenemos
quienes cuentan chiste malos con avaricia, en la creencia
que todos los españoles que nos estamos dentro del mundo de
la política, donde abunda en su mayoría la gran mediocridad
de la case política, somos tontos con terraza, piscina de
plástico y barbacoa sin poder encender.
El último de los chistes malos que nos han contado, es que
cuando más falta le hace el dinero a aquellas personas que
se han quedado viudas, no se vaya a subir de el porcentaje
que les toda de la pensión de su fallecido esposo.
Así que a aquellas criaturas que la pensión de su fallecido
esposo sea de setecientos euros, le pueden quedar
aproximadamente unos 420 euros para vivir. Ya me contará el
del chiste, cómo va a vivir con ese dineral que es una
auténtica fortuna. Y ni te cuento, si por una casualidad de
la vida, ha avalado la hipoteca de algún hijo, se quedará
sin su vivienda, sino puede hacer frete a la misma con esos
420 euros, con los que no llega ni para la hipoteca que
avaló a su hijo. ¡¡Pedazo de chiste!!. Para llorar
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