E l Desgobierno del Sr. Vivas en un nuevo acto de magia se
saca de la chistera un nuevo conejo, como vulgar
prestidigitador en esta ocasión nos quiere vender un gran
plan que convertirá a la Ciudad en un “Duty Free” global que
permitirá atraer a miles de turistas peninsulares que
volverán a llenar nuestras calles y lograrán que se creen
miles de puestos de trabajo, y ello sin olvidar “dar cada
vez mayores facilidades” para las compras de los marroquíes.
El mercado perfecto, clientes por todas partes abarrotando
los comercios y la hostelería de la ciudad. Todo realizado
desde el “soviet supremo” que es el despacho del Sr. Vivas,
una poltrona alejada de la realidad que sufrimos l@s
ceutíes.
El vocero del Desgobierno ha anunciado que ahora es el
momento oportuno para llevarlo a cabo. ¿A 60 días de las
elecciones el Sr. Vivas se da cuenta que con unas cuantas
reducciones en el IPSI puede crear una solución a nuestra
economía? Ha tardado catorce años en pensarlas, idearlas y
plasmarlas en un papel para llevarlas a cabo, debe ser un
proyecto sin ninguna brecha que permita por fin empezar a
disminuir los 13.135 desempleados que a finales de febrero
estaban en las listas del SEPE a causa de su inexistente
política económica, su indolencia y su falta de proyecto de
futuro para nuestra Ciudad.
El grandioso planteamiento consiste en reducir el tipo
impositivo del IPSI en algunos productos “estrella”,
fundamentalmente se apunta hacia la joyería y las nuevas
tecnologías, que pasarían del actual10% al 0.5%; la entrega
de un “cheque compra” por importe de veintidós euros a los
turistas que vengan en barco, de los que las navieras
pondrán 18, los comerciantes dos y la ciudad otros dos; y
otra serie de cambios en el funcionamiento del IPSI que se
vienen reclamando desde hace más de veinte años, para evitar
el “castigo fiscal” que supone su procedimiento actual. El
problema es que la medida sigue siendo un proyecto, pues a
pesar de querer venderla como algo hecho, todavía está en
fase de estudio por parte de los jurídicos del Estado, total
solo humo para animar los actos preelectorales del Sr.
Vivas.
Ninguna de las medidas hasta ahora expuestas es nueva. Ya en
los inicios del Desgobierno del Sr. Vivas, alguien le
explicó, al ex Director General de Tributos de la Ciudad que
reduciendo al 0.5% los impuestos a la matriculación de yates
junto con un abaratamiento del combustible, el puerto
deportivo se llenaría de majestuosas embarcaciones que
darían prestigio y atraerían a infinidad de turistas como si
fuéramos el Mónaco del sur de Europa. Lo único que se
consiguió fue tener en el varadero el Montecristo del Sr.
Correa (subastado por impago de las facturas) y la apertura
de varias investigaciones de la Guardia Civil por la
utilización fraudulenta de las matriculaciones. Poco se notó
en la economía ceutí tan grandioso proyecto de “productos
gancho”.
Tras recibir los insultos e improperios del miembro no
electo Sr. Carreira por proponer cambios en los tipos
impositivos, tras sufrir catorce años de una asfixiante
presión fiscal del Sr. Vivas para mantener su corte de
aduladores, ahora, cuando se acercan unas elecciones que
hasta ellos ven perdidas, entiende este Desgobierno que los
impuestos pueden variarse, pueden ajustarse, incluso
apuestan por cambiarlos según sea levante o poniente, a las
necesidades de la situación económica. Ya no existe esa
posibilidad de ser un paraíso fiscal con la que nos
atemorizaba semanas atrás el Sr. Vocero; ya no puede
producirse ese enfado del Gobierno Central por abusar de la
“responsable” compensación del IPSI, porque ahora es
comprensivo y solidario.
Tampoco es nueva la política de “reducción” del precio del
billete del barco, que se observa más que imposible de
conseguir, pues qué gana la naviera poniendo 18 euros si el
cliente se va a subir igualmente a su barco con descuento o
no. Todos recordamos aquella “inconmensurable” campaña del
Ceuta a 15 euros, por la que todos los alcaldes de las
provincias de Andalucía nos estarán eternamente agradecidos.
Consistía en que el Ayuntamiento pagaba la mitad del billete
del barco, colocaba un autobús para hacer un circuito
turístico por la ciudad y acordaba con restaurantes menús
para estos grupos con un coto y una guita; mientras los
ayuntamientos de Andalucía hacían su política social
mandándonos a sus jubilados. La socarronería ceutí acabó
denominándolos los turistas diesel: andan mucho, gastan
poco. Al final hasta se traían el bocadillo desde casa. Un
gran negocio para las navieras y para alguna agencia de
viajes, que fuera de la operación de paso del Estrecho
vieron como se llenaban sus barcos a costa de las arcas
municipales.
Ahora dice el Desgobierno que será distinto, primero porque
la diferencia de Impuestos indirectos será atractiva. Puede
ser en los tipos, pero estos se aplican al precio y este
viene en gran parte establecido por el proveedor y sobre
todo por la capacidad de compra del comerciante. No es lo
mismo tener el volumen de adquisición de una gran entidad
comercial que la que puede tener uno de nuestros
empresarios, con todo nuestro respeto a nuestros
empresarios. Por lo que tan solo este pequeño detalle pone
en duda el “estudiado proyecto” del Sr. Vivas.
Otra de las cuestiones es la aduana de Algeciras, como
recordarán en ella el valor de las mercancías libres de
impuestos en concepto de régimen de viajeros es de 430
euros, no como la de los ceutíes que sólo asciende a 90,15
euros tras la reforma que, con gran rapidez, realizó en el
2013 el Desgobierno del Sr. Vivas. Tampoco hay que olvidar
que el valor de la mercancía puede imponerlo el agente que
la verifica, por mucha factura que se le muestre.
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