La historia oficial u oficialista,
es evidente, que está escrita por los escribas afines a los
vencedores. Por consiguiente, las mentiras, falsedades e
inexactitudes son muy frecuentes por parte de todos aquellos
que prosiguen imponiendo como cierta sus interesadas
fábulas, quimeras, patrañas... Siendo un ejemplo de ello, la
Reconquista de Andalucía, que impusieron pregonándolo, tras
la Toma de Granada por los Reyes Católicos, el 2 de enero de
1492. Aceptándola como cierta, siglo tras siglo y hasta la
actualidad, gran parte del pueblo consumidor de los
cociditos madrileños.
Es ofensivo que, la ignorancia u obstinación de algunos, les
propicie celebrar ceremoniosamente dichos acontecimientos
tan adversos para el pueblo andaluz. Sin embargo, haberlos
los hay, quienes clamen contra esa y otras pompas
injuriosas. Sonrojando a los farsantes que prosiguen
manipulando a las masas, de acuerdo a las doctrinas
impuestas por sus sistemas dominantes. Ganándose el
descrédito apropiado, a pesar de “cogérsela con papel de
fumar”, aquí o allá, los ‘doctos’ que hacen buena
inexactitudes, a pesar del poder o las titulaciones que
posean colgadas en sus paredes. Porque es sabido que, “a
Dios rogando y con el mazo dando“, “por pan baila el perro”
y “el que se mueva no sale en la foto”.
Pero, por el contrario, los hay quienes creen desde la
veracidad histórica que, Andalucía no fue reconquistada por
los Reyes Católicos. Como validan la oficialidad
imponiéndola a través de sus aparatos propagandísticos, y en
planes de anteriores o de este periodo constitucional y
democrático. A pesar de que, lo más veraz y creíble para
algunos es que, Andalucía fue conquistada y no reconquistada
por los caóticos monarcas del tanto monta. Tanto él
(Fernando) como ella (Isabel) a sus ruchas y ruchos.
En Algeciras, existe una barriada denominada La Reconquista.
Y supongo que, es en honor a la falsa Reconquista de los
reyes Isabel y Fernando. Sin que hasta la fecha, se atrevan
a resarcir dicho desagravio con el pueblo andaluz,
cambiándole el nombre, como se ha hecho con algunas calles o
avenidas denominadas con el nombre del anterior dictador y,
otras con nombres de determinados siniestros del régimen.
Que ocurra eso en Algeciras, no me extraña lo más mínimo,
porque a pesar de que intentan que sea la capital de la
comarca del Campo de Gibraltar. Es un pueblo o ciudad sin
alma, donde debido a las cepas con denominación de origen en
épocas remotas, sigue brotando vinagre en vez de vino. Por
ello, Algeciras, es especial entre otras cosas por lo rancio
de sus caldos, siendo mala madre para sus hijos pero buena
madrastra para los foráneos.
Con un foráneo con el que se ha portado más que
ejemplarmente Algeciras, es con su conquistador Alfonso XI,
a pesar de las canalladas que hizo padecer sus ejércitos
castellanos, manchegos, leoneses, aragoneses... a los
algecireños. Pero a pesar de ello, por disponer Alfonso XI
en Algeciras, le hicieron un gran monumento que está
enclavado, para más inri, en un paso de cebra o de peatones,
en el centro de la Avenida Blas Infante ‘Padre de la Patria
Andaluza’. Siendo otra arma arrojadiza más a destacar, el
altar catalítico que colocaron en el centro de la Mezquita
de Córdoba. Existiendo actualmente una feroz lucha entre
Iglesia y política, por la propiedad de mezquita del
esplendor de al-Ándalus…
España, está demostrado que, es un todo nacional sin
consistencia. Y por no tener, no tiene ni un himno nacional,
pero sí una marcha real militar. Que es lo que suena en los
partidos de fútbol y en otros acontecimientos. Himno el que
en determinadas ventoleras españolistas, han intentado hasta
ponerle letra. Pero siempre quedan en el intento, porque “lo
que no puede ser, no puede ser, porque es imposible”.
Habiendo saltado, nuevamente, el nerviosismo en diferentes
entes, hasta en el futbolero español, como consecuencia de
la gran pitada que se espera realicen las aficiones del
Barça y del Atleti, en la final de la Copa del Rey a
celebrar. Habiendo declarados algunos políticos y otros
personajes afín al sistema actual imperante, que en caso de
que eso ocurra “suspenderán el partido de fútbol”.
Los hay a quienes le importa un bledo, que se celebre o no
dicho partido de final de copa… Porque en el balompié
español, es evidente que, deportivamente “no es oro
deportivo todo lo que reluce”. Siendo una muestra de ello,
las últimas detenciones, encarcelamientos e imputándose de
directivos, jugadores etc., por presuntamente amañar
partidos de la primera división. Por consiguiente, les da
igual quién gane la liga u otra competición futbolera
nacional. Pero, por el contrario, si les importa muy mucho,
como a mí, la cultura, artes e historia de la esencia de los
pueblos…
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