Es tranquilizador oír de labios
del director general del Ingesa que Ceuta, sanitariamente
hablando, es una ciudad bastante segura y que, además, desde
este organismo se trabaja para traer al Hospital
Universitario nuevos especialistas que vengan a engrosar la
nómina del centro. A buen seguro que muchos, de esos que
tanto critican y que luego cuando se les presenta un
problema de salud acuden a la medicina privada, quizá no
comprendan lo importante que es tener a un oncólogo en casa,
un helicóptero en la puerta o sencillamente unos servicios
de diálisis, que aunque estén subcontratados, en la misma
ciudad.
No se pueden imaginar lo duro que se hace ver sufrir a un
familiar directo en una ambulancia durante el traslado hasta
un centro hospitalario para recibir una sesión de
quimioterapia. Eso es algo que no se puede contar,
simplemente hay que vivirlo para poder abrir la boca.
Lleva mucha razón José Julián Díaz Melguizo cuando afirma
que por más recursos que se empleen en Sanidad y en
Servicios Sociales, estos siempre dan la apariencia de ser
escasos.
Al igual que la seguridad, la salud es una cuestión de
sensaciones y de confianza y si desde un hospital o un
centro de salud no se proyecta esa imagen, mal irán las
cosas para todos, y ya se puedan confeccionar los
presupuestos que se quieran, que si esas dos cuestiones no
están claras, los esfuerzos no habrán servido para nada y
todo habrá sido en balde.
No le falta razón a los ciudadanos cuando exigen unos
servicios de calidad y seguros, máxime cuando se habla de la
salud. Nadie duda que la crisis ha pasado factura a muchos
servicios básicos, aunque no a todos por igual. Ceuta cuenta
con unos servicios que ya quisieran para sí otras ciudades
del país.
|