La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) rechazó
ayer las críticas a los agentes de Ceuta y Melilla por su
labor en el control de la inmigración y aseguró que si
Jesucristo volviese a la tierra lo haría “con el uniforme de
la Guardia Civil en Ceuta o Melilla”.
En un comunicado, la asociación ha querido expresar su apoyo
de esta manera a los agentes que participaron en la
detención el pasado 11 de marzo de la fotoperiodista Ángela
Ríos, apresada por un delito de favorecimiento de la
inmigración por transportar inmigrantes en un coche,
denuncia que fue archivada por el juez.
La AUGC defiende que, en todo momento, se cumplió el
protocolo con la fotoperiodista, desde los derechos
recogidos en la ley de Enjuiciamiento Criminal hasta su
puesta a disposición judicial tras solicitar un habeas
corpus.
“Son muchas las actuaciones en las que se producen
detenciones y luego la autoridad judicial considera que no
hay suficientes indicios de delito, o lo que en un principio
se instruyó como delito lo cataloga como falta”, apunta la
asociación, que desmiente que se haya actuado “por
represalias” contra la fotógrafa detenida.
La AUGC, al contrario, defiende que sus acciones se realicen
con “transparencia”, ya que son “los principales interesados
en que nunca se pongan en entredicho” el trabajo que
realizan.
Por ello, la AUGC solicitó hace más de dos años un protocolo
de actuación para dotar de seguridad jurídica a los guardias
civiles para que en ningún caso se vulneren los derechos de
los inmigrantes, a los que califica como “personas
desesperadas en busca de un futuro mejor”.
“Llevan casi dos años debatiendo lo que unos llaman
devoluciones en caliente, otros rechazo en frontera, otros
acuerdo de readmisión. Unos apoyan la legalidad de las
actuaciones, otros que vulneran la legalidad”, resaltan, al
tiempo que insisten en la necesidad del protocolo.
Según la AUGC, mientras en distintas instancias no se ponen
de acuerdo en esta cuestión, un guardia civil con una porra
y un casco tiene que debatir “en menos de un minuto” lo que
nadie ha sido capaz de solucionar en dos años.
A ello suman el hecho de tener que “hacer de bombero”
subiéndose a escaleras y asegurarse con arnés a la alambrada
o de sanitario atendiendo a los heridos, recibiendo, además,
“órdenes que pueden llevarle a sentarse en un banquillo
delante de un juez y jugarse su carrera profesional como los
agentes imputados en Ceuta y Melilla.
“Si Jesucristo descendiese del cielo y comenzara una nueva
andadura en la tierra, estamos seguros que lo haría con el
uniforme de Guardia Civil en Ceuta o Melilla, que seguro que
no le iba a faltar quien lo crucificara”, concluye la AUGC.
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