La formación política de MDyC ha denunciado que el
presidente de la Ciudad, Juan Vivas retrasa una y otra vez
la reparación de las deficiencias encontradas en los
aparcamientos del Plan Aparca.
Desde su venta, explican desde la formación numerosos
propietarios han denunciado la infinidad de defectos con los
que se entregaron la obras. Para los que encabeza Fatima
Hamed, los años pasan, las reclamaciones se acumulan y el
“desgobierno de Vivas parece que espera a que se agote el
plazo por el que la ley obliga al constructor a hacerse
cargo de dichas obras”, ahorrándole el coste de las mismas,
dinero que podrá utilizar en otras “obras“ más caritativas
ahora que se acercan elecciones.
Este partido entiende que el acceso de los vecinos a los
aparcamientos en sus barriadas es una de las prioridades que
debe plantearse cualquier gobierno, pero el Plan Aparca fue
una de esas geniales ideas que a alguno de los palmeros que
rodean al presidente se le ocurre, y lo que podía haber sido
un buen proyecto, al facilitar el acceso a unos
aparcamientos que no existen en las barriadas, acabó siendo
otro estrepitoso fracaso para la Administración local y otro
gran negocio para la empresa privada, para esos que hemos
dado en llamar “empresarios de luxe o allegados al poder”.
En mayo de 2009, el entonces consejero Francisco Márquez
aprobaba el contrato para la construcción de tres
aparcamientos públicos en Hadú, Terrones y el Polígono
Virgen de África a una Unión Temporal de Empresas (UTE
Aparcamientos Ceuta) compuesta por Corsan, Dragados y
Africana de Construcciones y Contratas. Para que estuvieran
finalizados antes de las siguientes elecciones, como
hicieron con el aparcamiento de la Plaza de los Reyes,
inaugurado en abril de 2007 con prisas y sin las licencias
oportunas.
En abril de 2011, sin haberse firmado la recepción de las
obras ni disponer de las licencias, hecho habitual en los
ejecutivos del PP, los aparcamientos se inauguraron
gratuitamente, para que “los residentes puedan
familiarizarse con las instalaciones”, no porque hubiera que
votar un mes más tarde.
Dos meses antes, el “desgobierno de Vivas anunciaba que las
plazas, “prácticamente vendidas en su totalidad”, se
entregarían a sus titulares en marzo. El Plan acabó en un
absoluto fracaso, provocando un estrangulamiento financiero
del Ayuntamiento, pues la “totalidad” de la venta de las
plazas fue otra de las mentiras del presidente, ya que los
aparcamientos no lograron venderse, excepto unos pocos, por
su elevado precio, su pequeño tamaño, su mal acabado (ni las
pinturas utilizadas en los suelos eran las exigidas) y sobre
todo por la falta de control del Ejecutivo, que prefirió
aceptar el bodrio que le endosaban, que enfadar a sus
empresarios exigiéndoles el fiel cumplimiento del contrato,
actuaciones que definen la herencia de Vivas en sus catorce
años de ruina al frente del Ayuntamiento y que pueden
observarse en infinidad de contratos.
Desde el 2011, los propietarios, que engañados adquirieron
las plazas del Plan Aparca, han venido luchando para
conseguir que al menos se reparen los defectos con los que
se les entregaron las plazas. Existen varios informes de
técnicos del Ayuntamiento que avalan dichas reparaciones,
hasta una carta de la adjudicataria del contrato indicando
que iniciaría las obras en agosto de 2013.
Sin embargo a marzo de 2015, cuatro años después de su
venta, a pesar de los “contundentes” escritos de los
distintos responsables, las “enérgicas” amenazas de
actuación contra el constructor y los ”resolutivos” decretos
de los políticos apoltronados; los vecinos siguen sufriendo
la desidia, la inoperancia y el olvido”, concluyen en una
nota.
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