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OPINIÓN - VIERNES, 20 DE MARZO DE 2015

 
OPINIÓN / COLABORACION

Listas electorales

Por Carlos Folch Valero


La democracia constitucional es el sistema político en el que la totalidad de los ciudadanos con capacidad para ello, organizados como cuerpo electoral y movilizados por los partidos, participan libremente en el proceso de atribución del poder político. A través de los comicios, el pueblo elige a sus representantes, los cuales llevan a cabo su importante función con la fuerza que otorga las urnas. Las elecciones ocupan, pues, un lugar central en el sistema constitucional democrático. Las elecciones, más allá de la enmarañada complicación técnica que con frecuencia las recubre, son una pieza fundamental, por lo tanto, imprescindible del sistema constitucional al que quienes vivimos en democracia, solemos referir nuestra condición de hombres y mujer libres. Más aún, que la existencia de elecciones es la condición misma de nuestra libertad, ya que sin ellas todo lo demás sería simple retórica. Precisamente por su extraordinaria importancia, siempre se hablará y se escribirá sobre las elecciones, pues la democracia ha devenido no solo, pero sí esencialmente democracia representativa, por tanto, electoral, ya que las elecciones son el presupuesto indispensable de la representación política. Sin embargo, debe subrayarse que las elecciones tienen un carácter instrumental, pues “no son un fin en sí mismas”, sino un procedimiento de provisión legítima de los integrantes del Parlamento Autonómico.

Los procesos electorales dentro de las Comunidades Autónomas, para elegir sus legislaturas son los mecanismos que hacen posible compaginar dos elementos básicos de nuestro ordenamiento: la autonomía política y el principio democrático. Poniendo de relieve algo que, en ocasiones, queda relegado a un lugar secundario en la atención de los estudiosos y comentaristas de la política: el Estado de las Autonomías es solo concebible si se tiene en cuenta que las potestades de las Comunidades Autónomas, y sobre todo la que define la autonomía política, esto es, la potestad legislativa, únicamente quedan justificadas si son potestades legitimadas por su origen en la voluntad popular. Otras consideraciones, la autonomía como garantía de identidad; la autonomía como forma eficaz de gobierno, quedan forzosamente condicionadas por la exigencia de esa legitimidad democrática. Si esta falta, o se ve radicalmente disminuida, la misma justificación del sistema autonómico desaparece.

Los sistemas electorales de las Comunidades Autónomas, como mecanismos que hacen converger la autonomía política y el principio democrático, cobran así una singular relevancia, que les hace merecedores de una especial atención. Y ello tanto en cuanto a sus notas características como en cuanto a sus efectos sobre el funcionamiento de los poderes autonómicos, esto es, de unos poderes que hoy deciden sobre la mayor parte de los recursos públicos y de los servicios esenciales en la vida de los ciudadanos.

Analizando con todo rigor, y sobre la base de una encomiable labor de sistematización y análisis de los ordenamientos electorales autonómicos, las consecuencias que de ello derivan. Pero no hay que pasar por alto que ello es a costa de reproducir, junto a las normas, las mismas limitaciones en la vida política que resultan, según un amplio consenso, del sistema estatal.

Todo esto viene a ratificar la importancia de la lista electoral para las aproximas elecciones a la Ciudad Autónoma de Ceuta, entendiendo que el gobierno de nuestra ciudad, y el destino del futuro de nuestros jóvenes, estará en manos de los políticos que conformaran las listas electorales, por tal motivo en estas elecciones nos tenemos que fijar con especial atención, en las personas que acompañan al candidato con la mismas siglas políticas. A esas personas estaremos poniendo en sus manos el destino político y económico del futuro de Ceuta. La gran responsabilidad que asumimos a la hora de depositar nuestro voto en la urna, ya que la elección que tomamos es darle la gobernabilidad de nuestra ciudad a las personas que figuran en esa lista electoral.
 

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