Primer aviso, en la N-352,
afortunadamente, sin desgracias personales, pero los
milagros no se dan todos los días, y el derrumbamiento de
este edificio puede ser el punto de partida, para que otros,
que aparecen en condiciones similares, sigan la misma ruta
y, no siempre, va a haber la misma suerte.
Quienes pasamos casi a diario por allí, llevábamos tiempo
viendo que aquello corría peligro, claro está que esa zona
no parece que sea la más frecuentada o atendida por quienes
debieran conocer, palmo a palmo, lo que es Ceuta hoy en día
y, cuando menos, les puede haber sorprendido, con eso basta.
De todas formas, el hecho de que no sea una zona céntrica,
que no lo es, no es óbice para que ese derrumbamiento no
estuviera previsto, y, atendiéndolo, con interés, se pudiera
haber demolido, sin peligro para nadie, ya hace tiempo.
Ahora, pues, más escombros, “un terreno de nadie” y “para
nada” que ya aparecerá quien, en cualquier momento, lo
considere apto para alguna de sus pretensiones.
Con todo, hasta ahora, nadie parecía conocer lo que había y
lo que podía acarrear, de no ser por la suerte que ha
habido.
Y llegados a esta situación ¿Quién controla todos estos
problemas?. Porque, es de suponer que, ese lugar, como
cualquier otro tan abandonado, más abandonado o en pleno uso
pagará religiosamente, como deben pagar edificios de la Gran
Vía o del Revellín.
El descontrol, quiéranlo o no, se detecta, especialmente,
cuando llegan situaciones como ésta y lo que no sabemos es
si la desatención es tan sólo en esa dirección, o si lo es,
también, en todas las demás, donde hay multitud de edificios
que, aparentemente, presentan un aspecto de poca seguridad,
como lo presentaba éste.
A pleno sol, al medio día, para que no pasara desapercibido
a nadie, se vino a bajo ese edificio, frente a la ermita de
la Virgen del Carmen. Por algo está la ermita donde está, y
sin que yo sea excesivamente dado a la milagrería, algo
podría haber influido, en su desarrollo final, ser edificio
vecino de la “Casa de la Virgen del Carmen”. Los más
milagreros pensarán en eso más que yo.
Naturalmente, tras el derrumbamiento, hubo todo tipo de
movimiento de efectivos del Servicio de Extinción de
Incendios y de Salvamento. Todo en orden, cuando ya se había
venido al suelo el edificio:” A buenas horas mangas verdes”.
La inhabilitación, como no podía ser de otra forma, de uno
de los carriles hizo que hubiera que regular el tráfico
hacia la frontera, con lo que si de ordinario hay más de un
problema, tras eso hubo alguno más.
Por supuesto que, ya con el edificio caído, los bomberos
comprobaron el estado de la edificación, tremendamente débil
por su propia estructura de ladrillo y arena, lo que hacía
ver a las claras que tras aquello podía traer aparejada
alguna otra parte más de los de su lado.
Y tras todo esto, declaraciones, excusas, culpas a quienes
ya no estaban allí, pero el edificio, no de ahora, ya desde
hace tiempo no daba muestras de tener una gran seguridad y
al final llegó lo que podía haber llegado un mes antes o
haberse demorado tres semanas más.
¿A partir de ahora se pondrá todo eso en orden?¿Habrá la
vigilancia suficiente para que eso no se quede como está
ahora mismo?. Estamos en época de preelecciones y todos
estos cuidados o descuidos pueden dar o quitar apoyos.
Espero que den lo justo, para que en el futuro haya más
atención, también a cosas de este tipo.
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