Parte de un edificio abandonado en la carretera de la
frontera, frente a la ermita de la Virgen del Carmen se
derrumbó ayer sin causar ningún herido. La estructura, ya
muy antigua, se vino a bajo en torno a las doce del mediodía
e inmediatamente se movilizaron efectivos del Servicio de
Extinción de Incendios y Salvamento, así como de la Guardia
Civil. Los primeros estuvieron explorando la zona para ver
si había quedado alguien atrapado por los escombros,
mientras los agentes acotaron la zona, ya que uno de los
carriles se inhabilitó, y regularon el tráfico para evitar
que se formaran atascos.
Según contaron testigos en la zona, en el momento del
derrumbe una chica se encontraba junto a la estructura,
aunque pudo retirarse a tiempo antes de que le cayera algún
cascote. Los bomberos, por su parte, comprobaron el estado
de la edificación, muy debilitada ya que se trataba de una
estructura de arena y ladrillo. Por ello, el riesgo de que
se derrumbara el resto del edificio, compuesto por varios
locales y viviendas en la parte de arriba, era alto y ante
esto se decidió acordonar la zona.
Desde el SEIS contactaron con el propietario, que les
explicó que la vivienda había estado habitada hasta hace
poco y que el inquilino la había dejado destrozada. Pero,
ante el temor de que se pudiera haber colado algún ocupa,
los miembros del SEIS registraron todo el inmueble sin
encontrar a nadie. Tras asegurar la zona, los efectivos se
retiraron y ahora será el propietario del inmueble el
encargado de derruirlo todo y retirar los escombros. El
edificio se encuentra en la parte de la N-352 que se
remodelará.
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