Jorge Fernández Díaz, ministro del
Interior, volvía ayer a visitar la ciudad de Ceuta, y lo ha
hecho hace algo más de un año después de su última visita
con motivo de la tragedia ocurrida en la frontera del
Tarajal el 6-F de 2014, donde 15 inmigrantes fallecieron
ahogados al intentar alcanzar tierra española.
La visita de ayer ha sido para inaugurar una nueva Oficina
de Protección Internacional, la cual estará destinada a dar
respuesta a las peticiones de asilo o de protección
subsidiaria que realicen los inmigrantes que hasta sus
dependencias se acerquen, o al menos es lo que ayer
manifestaba el responsable de Interior tras la inauguración
de estas oficinas. Precisamente, Fernández Díaz ha asegurado
que con estas oficinas se pone de relieve “la firme voluntad
y el compromiso del Gobierno de cumplir con todos los
convenios de los que forma parte y relativos a la garantía
de los derechos humanos, y en particular de atender
debidamente aquellas peticiones que estén fundamentadas en
cuanto a la petición de protección internacional”.
Interior quiere dar una respuesta más agilizada a las
solicitudes de asilo y protección subsidiaria que puedan
realizar los inmigrantes que se acerquen hasta la ciudad
desde el lado marroquí. La inmigración sigue siendo uno de
los grades problemas existentes tanto en Ceuta como en
Melilla, y el Gobierno no puede seguir mirando hacia otro
lado, y eso es lo que parece que ayer quiso dejar claro el
ministro del Interior, que fue claro en sus manifestaciones
y aseguró que el problema de la inmigración ilegal no es
problema sólo de España sino de todos los estados miembros
de la Unión Europea, de ahí que abogara por unas políticas
comunes en el ámbito de la inmigración, enfocadas todas
ellas a mitigar la elevada presión que sufren ambas
fronteras exteriores.
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