El Algeciras Club de Fútbol dijo “aquí esta el líder” y
ejerció como tal en su visita, ayer, al campo del Gerena, su
más inmediato perseguidor y rival por el título de liga. Con
un gran juego, con solvencia y superiordad total sobre los
sevillanos, que quizás están acusando ya en exceso la
temporada tan larga y en especial el haber jugado la Copa
Federación.
Los de Mere se gustaron y se fundieron con los casi 700
aficionados albirrojos que se acercaron a tierras
sevillanas, que celebraron el 0-2 como si hubiese sido el
propio ascenso.
El Gerena no traicionó su habitual 1-4-1-2-3. El Algeciras,
rocoso y con gente capaz de dibujar el miedo en el cielo,
optó por un 1-4-4-1-1 que cortocircuitó a los hombres más
creativos de los mineros, que reclamaron un penalti por
manos en la primera acción que activó el terremoto de
sensaciones.
Kiki fue el encargado de inaugurar el carrusel de conatos
con un lanzamiento que desvió la mirada de Josemi.
Joselu replicó antes de que Melchor multiplicara los
decibelios del ambiente. El ex del Mairena presionó un balón
fácil que cedió a pies Guille, que buscó una madriguera
donde refugiarse para maldecir su error.
El 0-1 cocinó a fuego lento la apuesta de un Algeciras que
entrena un tipo, Mere, con mil anécdotas y cien recursos.
El líder, por calidad, talonario y carta de presentación, se
replegó de forma coordinada, cerró los espacios en ataque de
los rojinegros y porfió sus opciones de éxito a las contras.
A unas contras de manual que tramitaron la derrota local en
los momentos de dudas y zozobra. Pavón fue el último en
unirse al libro de relatos con una falta en la frontal que
contuvo la respiración de la fiel clientela.
Urgía una respuesta de aspirante en el inicio del segundo
acto para creer en la hazaña y los pupilos de José Juan
Romero asediaron a Josemi con la sabiduría que emana de una
confianza ciega en una filosofía irrepetible en Tercera
División.
Tano retó al meta algecirista y el público, aturdido,
aceptó el reto mayúsculo. Y fue entonces cuando el
Algeciras, que luce corbata y esmoquin para el baile de fin
de grado, interpretó la melodía de los héroes. Willy se
escapó de su par en banda zurda y conectó un centro que
Joselu, gol y rabia, envió a la red para catapultar a los de
Mere.
Romero buscó la hazaña con un triple cambio y un 1-3-1-3-3
que no produjo la cosecha necesaria porque ni Francis ni
Chuli fueron capaces de penetrar en la férrea y rocosa línea
defensiva de un cuadro rojiblanco que recurrió a Berlanga,
puro músculo y superávit de centímetros, cuando el encuentro
caminaba a una guerra de pizarras. El tiempo se consumió
lentamente y el Algeciras ya tiene nueve puntos de ventaja
sobre el Gerena y que le saca 23 puntos de diferencia al
Ceuta... con sólo 27 en juego.
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