SalZone es un proyecto que tiene como objetivo principal la
conservación, protección, salvaguardar, difusión y
aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y
culturales, tanto materiales como intangibles, relacionados
con el mar de Ceuta. Sus promotores se centraron ayer, en la
puesta de largo del proyecto, en las conservas y salazones
de pescado que aúnan naturaleza, cultura y arte, así como
economía, historia y sociedad. Tanto es así que Keke Raggio
diferenció claramente el secado que se hace de los salazones
fuera de la zona del Estrecho, como por ejemplo Barbate,
“donde se realiza en naves industriales a una temperatura
constante de quince grados”.
Raggio explicaba a lo asistentes el artesanado de los
salazones en Ceuta, argumentando que el que se hace del
bonito aquí “no se hace en ninguna parte, es artesanal y es
único de aquí”. Otro de los factores destacado es la
protección individual que se hace del bonito con redes,
poniendo especial énfasis en que el salazón ceutí “es algo
mítico, ya que cuenta con dos mil años de antigüedad y los
romanos lo explotaron como su gran producto estrella”.
Se comercializaba por todo el Imperio y “financiaba las
grandes obras”, dijo Keke.
Pero los salazones ceutíes son especiales por las personas
que trabajan el producto, que en su mayoría son trabajadores
de más de sesenta años “que atesoran un conocimiento único
sobre la actividad”, aunque desgraciadamente no hay, dijo
Keke Raggio, “un relevo generacional”, dando a entender que
la actividad está en la antesala de extinguirse, algo que el
proyecto SalZone, presentado ayer en el hotel Tryp, pretende
evitar.
Para Raggio la idea del proyecto es hacer uno integrado y
global, donde entren en acción todo los aspectos
dinamizadores de esta actividad artesanal”.
El proyecto es ambicioso, ya que pretende abarcar todos los
aspectos como son gastronomía, turismo, actividad
empresarial, creando todas las bases jurídicas para que la
actividad se pueda realizar con todas las garantías
fitosanitarias para que se “pueda comercializar” tanto a
nivel nacional como internacional.
Otro de los objetivos es dotar a la actividad de un
reconocimiento local, nacional e internacional “para que
ocupe un lugar especial por su historia, su geografía y su
gastronomía”.
El director del proyecto, José Manuel Pérez Rivera, tomó el
uso de la palabra para ir desgranando todos los entresijos
del proyecto, argumentando que su implicación nace a raíz de
tener conocimiento del documental en el que Raggio estaba
trabajando. coincidiendo en la idea que mueve el proyecto,
que es “hacer algo para que los salazones de Ceuta, que es
una parte del patrimonio natural y cultural, no
desaparezca”.
Evitar que sea una actividad fosilisada
La idea surgida, según Pérez, se ha trasladado a un proyecto
cultural, creativo, económico y social, buscando la
conservación de los recursos naturales, la difusión de todo
lo que tiene que ver con la cultura salazonera en Ceuta y,
“además queremos que sea una actividad que no quede
fosilisada como algo que fue, pretendemos que sea un eje
vertebrador” y para ello debe de tener continuidad.
Al proyecto, para adaptarlo a los nuevos tiempos, y para
ello hace falta, según dijo Pérez, diseñar y redactar un
plan de negocio “que establezca cuales serían las vias de
negocio, basícamente por la del turismo, la gastronómica, la
de ocio con el fin de desarrollar una serie de productos”.
El director del proyecto también hablo de un tercer bloque
del proyecto que es la relativa a la parte social.
En este proyecto, impulsado, ideado y coordinado por la
asociación Invinarte, participan instituciones,
asociaciones, empresas, profesionales y personas interesadas
en la conservación del medioambiente, el desarrollo
económico local, la conservación del patrimonio tangible e
intangible, el arte y la cultura de Ceuta y su entorno. Su
estrategia está basada en la sinergia colaborativa que haga
posible la consecución de nuestros objetivos. Entre las
actividades que incluye nuestro proyecto destacamos la
organización del “Salazon Fest” y la realización de eventos
periódicos cuyo eje central son las salazones de pescado.
El proyecto presentado ayer ya cuenta con un programa y “en
una primera parte son tres años e “iremos evaluándolo
anualmente para conocer si vamos alcanzando los objetivos
que nos vayamos marcando”.
Universalista
El proyecto, aunque radicado en Ceuta, “tiene un carácter
integrador e universalista” y para ello sus promotores
cuentan con un gran equipo humano, motivado, experimentado y
formado en la gestión de proyectos culturales y
empresariales.
“Salazones de Ceuta: naturaleza, cultura y arte” tiene como
finalidad recuperar, conservar, interpretar, difundir y
aprovechar de manera sostenible, las salazones de Ceuta como
un recurso gastronómico y cultural de primer nivel para
fomentar la dinamización económica, social y cultural de
Ceuta.
Pérez reiteró en la necesidad que se tiene de hacer un
estudio de mercado, de marketing y de comercialización para
que “de alguna manera sirva para que inversores, tanto
locales, nacionales e internacionales, puedan invertir para
relanzar la industria salazonera con la que cuenta Ceuta”,
concluyó el director del proyecto.
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