Desde que se conociera la noticia
de la intención que tiene la consejera de Gobernación de
conceder al Superintendente Jefe de la Policía Local la
Medalla al Mérito Profesional del Cuerpo, los problemas y
los debates no paran de surgir. La Federación de Servicios
Públicos de UGT saltó a la palestra para mostrar su total
oposición a la concesión de semejante distinción para Angel
Gómez, ya que entiende que no es merecedor de la misma.
Pero esta no es la única reacción, puesto que este periódico
ha conocido el caso de un agente del Cuerpo que ha
solicitado, por escrito, que le expliquen los motivos por
los que no ha sido distinguido después de realizar un
servicio “en el que se jugó la vida”. El agente relata como
tras recibir una orden de la Jefatura y, junto a sus
compañero, se encontró envuelto en un tiroteo entre dos
vehículos en las inmediaciones del Príncipe.
También explica con todo lujo de detalles como, con la ayuda
de otro agente, lograron dar caza a los autores de los
disparos y como al intentar su detención “puse en riesgo mi
vida”. A nadie se le escapa el peligro que entraña para las
personas encontrarse inmerso en un tiroteo, algo que lo
mejor que se puede hacer es no pensarlo siquiera con lo que
ha sucedido en esta ciudad con respecto a este asunto
La respuesta ofrecida desde la Jefatura a su petición ha
sido muy escueta. El asunto se ha despachado con “no ha
recibido condecoración alguna por su intervención por no
haber sido propuesto por ningún mando del Cuerpo”. Es de
suponer que la Policía Local debe tener un baremo para poder
valorar las acciones que son merecedoras de las
distinciones. Al menos, un criterio que sea objetivo para
que este tipo de actuaciones quede sencillamente en el
olvido.
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