La ronda de declaraciones previstade los mandos y los
agentes de la Guardia Civil imputados, dieciséis, por los
sucesos ocurridos el 6 de febrero del año pasado en el
espigón del Tarajal y en el que perdieron la vida quince
inmigrantes cuando intentaban entrar a nado en suelo
español, acabó ayer en el Juzgado de Instrucción número 6 de
Ceuta.
Uno de los últimos agentes en declarar ha señalado que su
presencia, esto es la de los agentes, en el espigón podría
haber influido en el apelotonamiento de personas que, según
su versión, provocó la muerte de los inmigrantes en aguas
marroquíes
Los agentes han mantenido la misma línea de conducta que las
anteriores comparecencias, que ha sido la de negar que el
uso de material antidisturbios provocase los fallecimientos
de los inmigrantes, tesis que es coincidente con lo
testimoniado por casi todos los intervinientes en los hechos
en las declaraciones anteriores realizadas ante miembros de
la Policía Judicial y que se reflejeraron en un informe que
fue entregado a la titular del Juzgado que lleva la causa.
Durante todas las sesiones de tomas de declaraciones también
se ha mantenido el hecho de que el protocolo no recoge el
empleo de pelotas de goma y botes de humo en el agua.
Pero quizá la cuestión más polémica y que puede quedar algo
más confusa tras todas las declaraciones realizadas es la
relativa a quién fue la persona que ordenó los disparos.
En este sentido, lo único que se ha sabido durante estas
rondas de declaraciones, tal y como recoge el informe de la
Policía Judicial, es que uno de los mandos tomó una bocacha
y disparó, aunque de manera que no alcanzara a ninguna de
las personas que estaban en el agua.
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