No es de recibo que con la que ha
caído y sigue cayendo en esta ciudad y en el resto del país
en lo que se refiere al mercado laboral, el número de
parados y paradas habla por sí solo en Ceuta, haya todavía
quien se tome muy poco en serio las ofertas de trabajo, y
más cuando las mismas tienen la ayuda del dinero público, el
que sale del bolsillo del contribuyente
Para nada es de recibo lo que ha pasado con las nueve plazas
convocadas y anunciadas en prensa para formar parte de la
plantilla de las Brigadas Verde. Es sencilla y llanamente
inadmisible, ya que nadie puede jugar con la ilusión de
muchos padres de familia, que al ver el anuncio de la
convocatoria soñaron con que su desdicha de ser desempleado
podría acabar.
Era imposible dar crédito a las palabras del pasado viernes
de portavoz del Gobierno, Emilio Carreira, quien reconoció
que dos puestos de trabajo han sido para el hijo del
presidente de la FPAV, colectivo del que depende las
Brigadas Verdes, y para un vástago del coordinador de las
mismas. Ni tan siquiera se sonrojó cuando fue abordado por
este asunto, sencillamente vino a decir que el Consejo de
Gobierno aprobó el convenio para las Brigadas Verdes y que
son los responsables de las mismas son los que llevan a cabo
la contratación. Sea como fuere, en forma de convenio o como
quiera que se haga, el dinero no deja de ser público.
Pero lo peor estaba por llegar. El portavoz desveló que las
nueve plazas convocadas eran para el personal que estaban en
la Brigadas Cívicas, ya que las mismas desaparecen y, por lo
tanto, las plazas convocadas ya estaban adjudicadas de
antemano. Si esto era así, porqué la FPAV saca las plazas a
concurso y se ríe de casi cuatrocientas personas que han
presentado sus currículos para poder acceder a un puesto de
trabajo.
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