Una vez confirmada la designación
de Juan Jesús Vivas Lara como candidato del Partido Popular
a la Presidencia de la Ciudad Autónoma de Ceuta, es momento
de compartir con ustedes algunas reflexiones sobre la
gestión desarrollada en los últimos 14 años. Aunque para
ello deba, en primer lugar, recordar cómo se encontraba una
ciudad, que padecía las consecuencias propias de la
insolidaridad de los gobiernos de España. Insolidaridad
financiera que imposibilitaba atender las muchas
deficiencias en servicios, infraestructuras y equipamientos
públicos. Es momento de recordar los cortes en el suministro
de agua potable, el lamentable estado del vertedero de Santa
Catalina o la limpieza de nuestras calles, playas y
jardines.
Pero también es momento de recordar las deficiencias en
equipamientos culturales, sociales y deportivos. Y por
supuesto, la escasez económica en las transferencias
destinadas al desarrollo de políticas sociales, educativas y
de empleo. Una realidad incuestionable, aunque lejana en el
tiempo. No podemos olvidar, no podemos perdonar la falta de
compromiso con nuestra ciudad. Un compromiso que llegó, años
después, de la mano del primer Gobierno de España del
Partido Popular y del primer mandato presidencial de Juan
Jesús Vivas Lara. Los sueños de los ceutíes comenzaban a
hacerse realidad, la ciudad emprendió una transformación,
que nadie pone hoy en duda. Desarrollo urbano, servicios y
equipamientos así como, la puesta en valor del patrimonio
histórico y cultural.
Sin ninguna duda, una extensa lista, por ello me ceñiré
exclusivamente a las primeras actuaciones: el desdoblamiento
del Paseo de las Palmeras, el primer Plan de Dotaciones en
Barriadas y el adecentamiento de los bajos de la Marina, y a
partir de ahí, una intensa e innumerable obra pública
extendida por toda la ciudad. Inversiones que han llevado
aparejada, como no podría ser de otra manera, la
dinamización de la economía local, y con ella, generación de
empleo. A pesar de todo ello, aún queda mucho camino por
recorrer, muchos problemas por solventar, pero siempre de la
mano de quienes han traído el bienestar a una ciudad
abandonada históricamente por los gobiernos centrales. A por
otros cuatro años más.
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