El pasado viernes, 27 de febrero, no fue un partido
cualquiera para el pequeño Abel Almagro Toledo. El jugador
del Polillas Atlético de categoría Benjamín esperaba ansioso
que al fin llegara ese día, el de su regreso a los terrenos
de juego. Atrás quedaron diez meses de esfuerzo, mucha
voluntad y horas y horas de rehabilitación.
Una rotura de fémur en su pierna derecha, en mayo del pasado
año en un encuentro correspondiente a los cuartos de final
de la Copa de Fútbol-8, le dejó fuera de la competición en
el último tramo de la pasada temporada y todo lo que
llevábamos de esta. Su vida, como la de cualquier niño de
temprana edad, dio un giro brusco, con todo un verano por
delante, después de sufrir esta importante lesión poco
habitual para un chaval de su edad.
Su equipo se clasificó finalmente para la gran final en el
‘Alfonso Murube’, consiguiendo el subcampeonato, trofeo que
llevaba una dedicatoria muy especial. Abel fue el encargado
de levantar la copa. Y es que nuestro protagonista recibió
desde el primer momento numerosas muestras de apoyo y cariño
por parte del mundillo del Fútbol Base.
Los primeros pasos no fueron fáciles para un niño que aún
contaba con 8 años en el momento de su operación. Después
llegarían los meses de inmovilización en casa, moverse en
silla de ruedas y una dura rehabilitación.
A pesar de todo, el jugador del Polillas no perdió nunca la
sonrisa y sus ganas por reaparecer. El pasado fin de semana,
después de casi un año de sacrificio, volvía a enfundarse la
camiseta amarilla y azul de su club, dejando atrás este
contratiempo.
Con el ‘5’ en la espalda, Abel entró en la segunda mitad del
partido de Fútbol-8 ante el San Agustín Atlético, que acabó
con victoria de los suyos por 5-0, resultado que le permite
seguir manteniendo las distancias en lo alto de la tabla con
respecto al Puerto On365. En la modalidad de fútbol sala su
equipo también lidera la clasificación por delante del CF
JOG. “Mientras calentaba tenía algo de nervios, pero una vez
entré al campo sentí mucha felicidad”, subraya.
Seguidor del Real Madrid y fan de Sergio Ramos, nuestro
protagonista, que juega de defensa, se define como “un
jugador fuerte y valiente”. Nieto del conocido Pepe Almagro,
ex jugador de la extinta Agrupación Deportiva Ceuta, su
sueño en el futuro es “ser oficial de la Guardia Civil”.
Su padre, que además ejerce de entrenador en el equipo y
comparte las funciones de banquillo junto a Francisco
Robles, Javi Amores y José Salinas, agradece “el apoyo de la
Federación de Fútbol desde el primer momento de la lesión de
mi hijo. También a los doctores Morales y Juan Barrientos
por la labor que han realizado, así como al fisioterapeuta
Jeus Alba por ayudarnos a tener una sana recuperación”.
|