No sé si eso es lo que hubiera
deseado Pedro Gordillo, pero la despedida en la misa-funeral
de ayer no fue lo multitudinaria que se hubiera esperado, en
otros tiempos, al haber mucho menos público del que
cualquiera hubiéramos podido imaginar.
Son los signos de los tiempos y Pedro Gordillo ya no podía
hacer ningún favor especial para solucionar el problema que
el padre, la madre o el joven estaban solicitando, en la
búsqueda de un puesto de trabajo.
De todas formas los que estuvieron eran los que querían
estar, los que podían hacerlo y deseaban darle su último
adiós, todos los demás que, de aquí a dos meses, hubieran
estado para dejarse ver en la foto de la prensa, ahora no
estuvieron.
Hubo ausencias que se notaron, a simple vista, y esas
ausencias, en más de una ocasión van a tener que oír cosas
que, en ciertos momentos, especialmente cuando lleguen las
elecciones, no sé como las van a poder justificar, aunque
siempre está la cuestión, más que sabida, de que aquí, en el
mundo de la política, no hay amigos, nadie es imprescindible
y el puesto que hoy ocupa uno lo puede ocupar mañana otro,
con lo que el mundo sigue su marcha.
Mirando hacia la iglesia en la que se despidió a Pedro
Gordillo, no vimos a primeros espadas de la política local,
hubo quien estuvo, de la política y del partido en el que
militó Pedro Gordillo, llegando a ser su presidente aquí,
pero las ausencias se notaron mucho más que las presencias y
todos nos entendemos.
Sin embargo y dentro de esa división de opiniones, respecto
a él sí hubo personas que le apreciaron y le seguirán
apreciando, en su corazón, de por vida, porque al hacer
balance aquí se ha magnificado un paso en falso, si es que
lo hubo, pero ese paso en falso, igual, parecido o más
grande, puede haberse dado en muchas ocasiones, por parte de
otras personas que tuvieron más suerte con la información y
ha quedado acallado, de momento, aunque conociendo lo que
conocemos, ciertos secretos pueden dejar de serlo, en
cualquier momento.
Ese mal paso, si es que existió, no puede emborronar toda
una vida, en la que además de una sombra habrá habido, y ha
habido, más de una luz y esa luz, también, han querido
apagarla algunos o han hecho que ahora no alumbre.
Me parece un ultraje de mala sangre resumir toda una vida en
tres frases interesadas, sólo eso, interesadas y no poner en
la balanza lo bueno, que algo habrá habido, y lo malo frente
a frente.
He insistido hoy sobre este tema, que no hubiera querido
repetir más, porque aquí en Ceuta, y en el mismo lugar, he
presenciado funerales en los que estuvo media Ceuta alabando
unos méritos de personas que habían fallecido, que a muchos
no nos habían parecido tan grandes, mientras que aquí mismo,
en Pedro Gordillo se ha infravalorado su actividad, por un
posible desliz que no tiene por qué emborronar toda una
vida. Así lo pienso y así lo digo, desde la perspectiva de
alguien que nada tenía en contra, ni ningún favor le debía
de tiempos pasados.
Las cosas son como son y por eso hoy podemos decir lo que
estamos comentando, sin acritud hacia él, sin
agradecimientos personales, creo que con toda la neutralidad
que requiere un comentario de este tipo, y esa neutralidad
debe saber recoger todos los valores, que los habrá habido,
y que se están esquivando, más de la cuenta, en determinados
ámbitos.
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