El planteamiento expuesto por el
presidente y el abogado de la Unión de Oficiales de la
Guardia Civil vino a ratificar el dicho popular de que la
cuerda siempre se parte por su lado más débil. Con sus
afirmaciones, la representación de la UO vino a defender que
los guardias civiles cumplieron aquel fatídico seis de
febrero del pasado año con la normativa establecida y que se
ajustaron al protocolo. Otra cuestión, que no valoraron, es
si este es el adecuado para una situación como la vivida
aquel día, si está obsoleto y si hay una necesidad urgente
de cambiarlo.
También dejaron claro que los agentes de la Benemérita no
compran bolas de goma ni botes de humo, puesto que ese es un
material que se les proporciona por parte del Gobierno para
llevar a cabo su trabajo, que no es otro que el de
impermeabilizar la frontera para evitar la entrada de
personas a nuestro país de una forma irregular. Dicho de
otra manera, los agentes y los mandos imputados cumplieron
con sus obligaciones y las labores encomendadas.
La jueza, que en palabras del abogado del Capitán Jefe de la
Unidad de la Compañía Rural de Seguridad de Ceuta, está
realizando una instrucción “impecable, tiene la difícil
papeleta de determinar si los disparos de pelotas de goma
influyeron en las muertes de los quince inmigrantes ese
luctuoso día. No es un trabajo nada fácil. Pero quizá un
asunto que se antoja complicado puede ser el de las
devoluciones a Marruecos que se produjeron ese día, ya que
es asunto que se puede tornar complicado. ¿Qué fue una
devolución lo que se hizo o el producto de una labor de
contención?. Esa va a ser la cuestión. Sea como fuere la
cosa, lo importante es que la cuerda no se parta por ninguna
de las partes más débiles del caso.
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