Sigue en obras, aunque muchos no
se lo crean, si es que no pasan a diario por allí, y con
ello una de las vías más concurridas, en cuanto a
circulación de vehículos y en cuanto a paseantes o a
peatones, se ve, cada día, atrapada en un auténtico caos,
cosa que al PP, mejor dicho al PP que gobierna la Ciudad,
parece que no le asusta mucho y a los partidos que están en
la oposición o que quieren estarlo, a partir del mes de
junio, tampoco parece importarles demasiado, salvo a
Carracao, del PSOE.
Es lo que tenemos, unos “apalancados” en sus escaños, con lo
que eso les reporta, económicamente, que no en trabajo, y
otros “viéndolas venir” y esperando que el futuro no sea
peor.
Los de fuera, según como se mire, unos todavía no se han
enterado y no conocen cuales son las necesidades y los
problemas de la Ciudad, mientras que otros, enfrascados en
la elaboración de sus programas, miran para otro lado cuando
se presentan problemas de hoy y prefieren buscar un futuro,
el suyo, que habrá que ver, en su día, si es mejor o es
similar a lo de hoy, porque el Paseo de la Marina seguirá
estando ahí, posiblemente todavía en obras, o con unas obras
concluidas con la rapidez de última hora, para presumir de
lo que se ha hecho, pero ya veremos, a la vuelta de unos
meses, si la finalización fue la correcta o si hubo “faena
de aliño” para con ello buscar otros apoyos más.
Es cierto que, desde fuera, todo se ve de una manera muy
distinta a como lo ven los que están trabajando en esas
obras, pero que, a día de hoy, todavía estén esas obras del
Paseo de la Marina como están, es que no se ha puesto todo
el interés necesario por parte de responsables de la obra, o
de responsables del Ayuntamiento.
Hoy los peatones, entre los que me encuentro, en muchas
ocasiones, se ven, o nos vemos, negros para circular como es
debido por esa zona. Los conductores sufren atascos
constantemente y, a veces, es preferible ir a pie antes que
coger un taxi, por ejemplo, si tienes que pasar por ahí, por
cuanto hay un tramo en el que los vehículos se eternizan.
Yo no sé qué podría pensar y como lo soportaría el propio
alcalde, si en vez de vivir a cien metros del Ayuntamiento
viviera al lado del Hospital de la Cruz Roja, por ejemplo, y
tuviera que ir al Ayuntamiento con hora, a las nueve de la
mañana, pongamos por caso.
En más de una ocasión, por culpa de las obras, podría llegar
tarde, como últimamente hay alumnos o profesores que están
llegando con algún retraso a sus clases, por los atascos
derivados de la famosa obra.
Y no me cabe duda de que las obras serían muy necesarias, y
menos duda me cabe de que todos los proyectos se hicieron
con una rigurosidad total, pero lo que está claro para
todos, sin que nadie tenga dudas es que, unas obras que se
iniciaron para finalizar en enero del 2015, tras haber
comenzado en mayo de 2014, estamos a primeros de marzo y no
han concluido, por haberse prolongado de enero hasta abril,
no sé si por defectos de los primeros proyectos o porque
abril queda más cercano del día de las elecciones
municipales y autonómicas que enero.
Es cierto que, desde la Consejería de Fomento, en un
comunicado se han pedido disculpas por las molestias, pero
eso no vale, como no va a valer cuando a cualquiera nos
pasen el impuesto de un vehículo, por ejemplo, si decimos
que ya lo pagaremos cuando tengamos tiempo o cuando nos
apetezca. Eso se paga cuando te pasan el recibo y las obras
que se terminen cuando haya que terminarlas, sin más. El
Paseo de la Marina no puede ser el ejemplo que pueda poner
Ceuta como modelo de seriedad en una obra. Sea en año de
elecciones o en año “bisiesto”. Aquí estoy de acuerdo,
totalmente, con Carracao.
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