La manifestación convocada por los
familiares de las víctimas y celebrada ayer sirvió para que
los allegados pudiesen expresarse en con claridad y exigir a
las autoridades que los jueces de Ceuta puedan trabajar en
libertad. También sirvió para que los periodistas que
acudieron a cubrir la información pudieran conocer, de
primera mano, el sentir y la desesperación de estas familias
destrozadas.
Pero además de eso, ayer también se conocieron testimonios
desgarradores y las palabras de unas personas que se sienten
impotentes y que han dicho que los asesinos se equivocaron
cuando creyeron que el ruido de sus balas impondrían el
silencio, reivindicando el derecho que “tenemos a vivir en
paz y a no tener ningún miedo”
Otra cuestión que quedó patente en la concentración es la
extrañeza de la mayoría de los familiares de las víctimas
por el hecho de que todos los casos hayan caído en el mismo
juzgado. Pese a ello, y es entendible, los concentrados ayer
lo único que reclamaron con insistencia es una mayor rapidez
y efectividad por parte de la Justicia y que, además, caiga
todo el peso de la ley sobre los autores de semejantes
acciones. No a la impunidad fue una de las frases más
repetida durante todo el recorrido, que se inició a la
espalda de la Comandancia de la Guardia Civil y concluyó
frente al edificio de la Delegación del Gobierno, en la
Plaza de los Reyes.
Pero una cosa es cierta y así se reconoció. Es el trabajo
que han realizado las Fuerzas de Seguridad del Estado, tanto
las de Ceuta como las de la península, como dijo un familiar
de Mohamed Aziz, puesto que gracias a su trabajo los
presuntos autores ya están en prisión hasta que llegue el
momento de la celebración de los consiguientes juicios.
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