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No sólo es en Educación, Sanidad y
otros servicios en los que se están notando los efectos de
los recortes llevados a cabo por el Gobierno de España,
también se está notando en la política exterior y, por ende,
en un asunto que afecta de manera directa a Ceuta; la
inmigración irregular
El último trabajo realizado y presentado a la opinión
pública por el Real Instituto Elcano pone de manifiesto este
dato y así explica como la ayuda al desarrollo que se venía
prestando a partir de 2006 a los países de donde son
originarios los migrantes, que a partir del 2008 han sufrido
un recorte del setenta por ciento, había sido clave para
crear una red de confianza, de cooperación policial y de las
aceptación de las readmisiones en Africa Occidental, lo
suponía un acicate importante para frenar este fenómeno.
Pero nuestro país no sólo ha perdido eso, ya que supresión
de Plan Africa para el cuatrienio 2013-2016 ha privado a la
política exterior española del mejor instrumento en este
terreno.
Ante esta situación, la inmigración irregular ha tenido un
repunte importante en el año 2014 y hasta octubre de ese
año, según los datos facilitados por la Secretaría de Estado
de Seguridad, fueron un total de 17.000 personas las que
intentaron saltar las vallas. A ello hay que sumar que en
ese mismo año, el entendimiento con Europa no discurrió por
sendas favorables para nuestro país y fueron muchas las
críticas que Cecilia Mälstrom, comisaría de Interior de la
UE, hizo sobre el tratamiento dado a los inmigrantes por
parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado, en concreto,
la Guardia Civil. Pero la pregunta se antoja de inmediato
¿Ceuta y Melilla no son fronteras de Europa con continente
africano?
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OPINIÓN / EDITORIAL
