En unos casos, con los chavalines,
para pasarlo bien, con sana alegría y sin recovecos en la
mirada o en las actuaciones. Se divierten, sanamente, lo
pasan bien y el hecho de no tener clase, durante un par de
días, les dejará, de por vida, un recuerdo imborrable. En
definitiva son niños.
También los mayores, más de uno de mi edad, algunos un poco
más jóvenes y muchos de ellos un poco más viejos, pero todos
con alegría, no tan sana como la de los chiquillos,
acudieron, los invitados quiero decir, ayer por la tarde al
Hotel La Muralla. No es extraño, había invitación y ante
tanta generosidad del presidente de la Ciudad, no de su
bolsillo, aquellos invitados no podían faltar, porque no se
puede hacer un desaire al presidente.
Y ya lo creo que no faltaron, porque ya antes de las cinco
de la tarde, ataviada con careta, mantilla, peineta y no sé
cuantos disfraces más, llegaba la primera de las invitadas a
la puerta del Parador de Ceuta, preguntando por el lugar de
la fiesta.
Había que ser puntuales, no se puede dejar al presidente
esperando a sus invitados, y no se puede hacer un desaire al
presidente Vivas, que tan generoso se muestra en Navidad, en
Carnavales y posiblemente en al Feria, o cuantas veces sea
preciso acercarse a los mayores, que también votan, y
también ellos lo quieren pasar bien en estas fiestas.
Sin embargo a este tipo de fiestas y de invitaciones habría
que hacerles unas observaciones o unas objeciones, la
primera que la invitación ésta no se hace en carnaval,
porque carnaval ya ha pasado, sino que es una invitación de
cuaresma, y otra que la invitación no es del presidente,
sino del Ayuntamiento, o lo que es lo mismo, de todos los
que pagamos impuestos aquí en Ceuta.
Hechas estas matizaciones hay que añadir algo que ya hemos
comentado cientos de veces y que se trata de saber qué
criterio se sigue a la hora de seleccionar a los invitados,
no sé si por cercanía al partido, por simpatía personal o
porque se elige a los más dóciles a la hora de votar.
Lo curioso sería, y me alegraría mucho que, el 20% de esos
invitados votaran a Ciudadanos, otro 20% a UPyD, un 30% al
PSOE y el otro 30% se lo repartieran entre Podemos,
Caballas, Vox y el PP, por ejemplo, sería la releche, pero
tan válido como si votan otras opciones, porque la
invitación esa, cuando se pague, se va a pagar con dinero de
todos, no sólo de los que estamos afiliados, yo lo estoy, al
PP, aunque no mantengo otro contacto con este partido más
que el de pagar cada tres meses la cuota correspondiente.
Los casi tres meses que faltan para las elecciones
municipales y autonómicas nos van a dar tantas sorpresas que
ésta de la invitación a los mayores es un simple aperitivo,
para ir entrando en materia.
De las tres manifestaciones carnavalescas que se dejan ver
más, el colorido de los nenes en el Polideportivo Antonio
Campoamor, los pasodobles y merienda de los mayores en el
Hotel La Muralla y la cabalgata que va a recorrer el centro
de Ceuta, me quedo con el espectáculo de los niños, porque
ahí hay alegría sana y diversión de verdad. En lo otro, con
los mayores en acción, lo que priva es ver quien coge el
primer bocadillo y quien ha sido el que antes ha llegado,
por lo que se refiere a la cabalgata, la picaresca y la poca
sensatez salen tantas veces a escena que lo atractivo, si
acaso, se queda en las intenciones.
De todas formas, con la cuaresma ya a cuestas y con la
campaña electoral aún sin imputados, el que parte con
ventaja inicialmente es Juan Vivas, luego, después, el mundo
puede dar muchas vueltas.
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