Me había planteado seriamente
alejarme del partido socialista de Ceuta, abstraerme
totalmente de cuanta información pudieran generar a través
de sus múltiples comunicados y comparecencias, pero las
últimas declaraciones de su máximo dirigente me llevan a
plantearles la siguiente cuestión: ¿Cómo catalogar unas
afirmaciones que exigen la dimisión de quien no está
imputado por delito alguno, mientras se niega con rotundidad
las de aquellos, que sí han sido llamados a declarar por el
Tribunal Supremo, como imputados por la supuesta comisión de
un delito que tiene que ver con la prevaricación y la
malversación?
No podemos olvidar, que el denominado caso ERE por el que
han sido imputados los dos expresidentes andaluces, Manuel
Chaves y José Antonio Griñán, enjuicia todo lo relacionado
con el procedimiento establecido en el año 2001 por la Junta
de Andalucía, para respaldar económicamente a empresas con
problemas, que se veían obligadas a presentar expedientes de
regulación de empleos. Una medida dotada con un presupuesto
cercano a los 2000 millones de euros. Sin ninguna duda, el
caso judicializado por presunta malversación de fondos
públicos más relevante de nuestra historia democrática,
tanto por cuantía económica, como por las ramificaciones
políticas.
Solo existe una respuesta posible a mi pregunta inicial,
incoherencia política es decir, falta total de conexión en
las afirmaciones efectuadas. Aunque también podríamos
catalogarlas como tonterías, locuras, barbaridades,
necedades, despropósitos o incongruencias si atendiéramos al
diccionario de sinónimos de la Real Academia Española (RAE).
En definitiva, pese a mis intenciones iniciales, las
circunstancias me llevan a compartir con ustedes algunas
reflexiones sobre una formación política, que desde hace
tiempo se encuentra a la deriva ideológica, sin unidad de
criterio en sus actuaciones, y lo que es más grave, sin
conexión en los planteamientos esgrimidos por sus
dirigentes.
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